La idea es regular la usura en los intereses de los créditos, que en Costa Rica está tipificada como un delito en el Código Penal desde 1971 (artículo 236). Sin embargo, “dicha tipificación como delito a la fecha ha resultado inoperante, dado que no se ha definido “cuál es la tasa de interés de usura” en el país”, explica el economista Gerardo Castro.
En días pasados, tanto el diputado David Gourzong (del PLN), como el diputado Welmer Ramos (del PAC), pegaron el grito al cielo ante la presentación de un proyecto contra la usura impulsado por el Gobierno.
Dos modelos, un camino
La razón no es para menos: las diferencias son notables y preocupantes. Welmer Ramos explicó a Culturacr.net que la principal diferencia tiene que ver con el modelo para establecer la tasa de usura.
Hay que decirlo con claridad: se trata de un proyecto que claramente defiende los intereses de los banqueros, financistas y comerciantes que se enriquecen con la usura (el que defienden el Banco Central y el Gobierno), versus uno que restringe las ganancias en favor de las personas (el de los diputados Ramos, Gourzong y otros). Veamos…
Mientras el Gobierno quiere una tasa que promedia entre 57 y 67% (aproximadamente un 62%) para la usura máxima, los cálculos del proyecto original en la corriente legislativa establece una tasa que ronda el 35%. La diferencia es notable.
El Gobierno y el Banco Central quieren legalizar la usura, no regularla a favor de la gente.
Welmer Ramos
Ramos explica que esta tasa no puede ser fija de ninguna manera -pero sí única con un modelo único-, “debe ser una tasa que se ajuste a las condiciones de la economía, de la inflación, de la disponibilidad de crédito a nivel mundial, etc”, explica.
“El tema es el modelo con el cual construir la tasas. El modelo que defendemos 30 diputados, y esperamos que se sumen más, es un modelo en el cual la tasa se mueve de acuerdo a como se mueva la tasa promedio que cobran los bancos en la economía, más dos veces y medio la tasa activa promedio, eso da más o menos un 35%”, indica Ramos a este medio.
El problema es el modelo para construir la tasas. El impulsado por los diputados calcula el 35% y el del Gobierno cerca del 62% como tasa de usura máxima.