Lo define como un posible acto de corrupción “ya que es una distinción otorgada por las mismas personas beneficiadas”.
El actual diputado del Frente Amplio, José María Villalta, envió una carta al director ejecutivo de la Asamblea Legislativa, Antonio Ayales, en la que manifiesta su repudio y naturalmente su oposición a que coloquen retratos de los actuales diputados en las curules antiguas del edificio viejo de ese Poder de la República.
Como se trata de los últimos diputados que usaron esas curules en ese edificio patrimonial, la administración y los mismos legisladores tomaron el acuerdo de poner los retratos de esos diputados en los viejos muebles.
“Hay al menos tres motivos para proceder de esta forma -explicó Villalta-: 1) se desnaturaliza el patrimonio histórico de las antiguas curules, 2) no existe justificación para tal medida porque la esencia de nuestra democracia es la alternancia del poder y quienes tenemos el honor de ser representantes populares lo hacemos de manera transitoria y 3) es un abuso de poder y posible acto de corrupción”.
En efecto, el diputado Villalta no es el único molesto y en repudio de esta acción narcisista de una buena parte de los actuales representantes en el Congreso, quienes dejarán sus actuales curules precisamente esta semana.