Usura, ¿cuándo fue la última vez que quisieron mentirle tanto?
Apoyar este proyecto es una lucha muy clara: es la lucha de un pueblo en su mayoría de personas contra el interés de usura de un grupo diminuto en personas pero grande en poder político y económico. Y las personas debemos vencer.
OPINIÓN EDITORIAL. Cuando uno piensa en los sin sentidos y absurdos de quienes defienden la usura bancaria en Costa Rica se pregunta, ¿cuándo fue la última vez que me quisieron mentir tanto?
Economistas bancarios que usualmente defienden el mercado y la mano invisible de Smith como la biblia misma, que nos dicen que el mercado se auto regula y funciona por la ley de la oferta/demanda hoy están dispuestos a torcer cualquier cosa, incluso las conciencias, para defender los intereses de unos pocos.
Dicen que la banca va a excluir a muchas personas porque son créditos de “alto riesgo”, si no tienen un interés del 57% o más, como ha sido hasta hoy. Una amenaza ruin para manipular la necesidad y desesperación del consumo de muchos adictos.
Pero, veamos, que sin ser economista, como politólogo llevé muchos cursos de economía y hasta quedé matriculado en esa carrera, pero además sé leer y sobre este tema he investigado a fondo. Nos dicen estos señores, marcadamente neoliberales, que los bancos no prestarán a una parte de la población, pero, ¿qué harán con el dinero que no prestan? ¿Lo engavetarán? Todos sabemos que ese no es el negocio.
¿Entonces acaso no acudirán a la publicidad y el mercadeo, como lo hacen hasta hoy, para encandilar a la gente y prestarle el dinero? Todos sabemos que más allá de la economía básica teórica, buscarán la fórmula adecuada para poder sacar ese dinero a la calle, ese dinero por el que pagan ellos muy poco interés a la gente que ahorra.
Empecemos por darnos cuenta que hay países lejanos (Europa) como cercanos (Colombia y Ecuador) donde tienen esos topes inferiores incluso al 30% y han diseñado y creado nuevos mecanismos financieros para prestar dinero con tarifas justas.
En esta línea, es relevante entender que los costos por los atrasos en los pagos (intereses moratorios), por la gestión del cobro y otros, siempre se cobran por separado. Es decir, no implica mayores costos a las empresas bancarias.
Pero, además, ¿acaso no dice la teoría y práctica económica y financiera que cuanto menos paga una persona de sus cuotas (porque paga menos intereses) y tiene más esperanza de pago y de salir adelante amortizando, es más probable que esa persona cumpla sin problema con su crédito? Es decir, la morosidad será menor con menos tasa de interés.
¿Acaso no nos dice la lógica que la alta morosidad de este país se debe precisamente a la incapacidad de las personas de honrar sus deudas porque las cuotas y las deudas son tan onerosas que nunca mejoran su situación? Esta es la más clara esclavitud financiera.
Y, en consecuencia, cuando estas entidades financieras prestan a personas sin capacidad de pago lo hacen de manera irresponsable para tratar de saquear el mayor rédito posible a gente en estado de pobreza o con limitaciones momentáneas. Esos actos generan burbujas financieras que pueden traer consecuencias terribles para toda la economía del país.
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Pero a mí me asombra finalmente que los banqueros, con cinismo y descaro, nos digan que ellos necesitan un interés alto para poder permitir la alta morosidad. Eso es como decir que ellos necesitan que las buenas personas que pagan bien sus préstamos a tasas altísimas de usura financien a los irresponsables o que no pagan sus préstamos por incapacidad. Es cargarle al buena paga el pago del mala paga. Qué curioso, ¿verdad? Es la misma lógica del fiador.
Por otra parte, resulta que según ellos el consumo será restringido para las personas. Y eso NO es cierto, el consumo será restringido mediante la deuda, que es muy diferente. Cuando las personas puedan pagar porque tienen intereses “llevaderos”, decentes, manejables y pagables entonces las personas podrán disponer de más dinero en sus billeteras para el consumo.
No entiendo esa lógica cínica y perversa de los defensores de la usura que salieron de improviso, de esos señores del PUSC y de partidos como Restauración, que se dicen cristianos, mientras apoyan las garroteras a los hermanos.
Menos entiendo la lógica del Banco Central, que se pliega a los intereses de los banqueros por medio de la Asociación Bancaria Nacional, en contra del pueblo, de la gran mayoría de la gente. Nefasta señal nos da el Banco Central, nos enseña a desconfiar rotundamente de este entidad, algo muy grave, porque es la entidad que emite el dinero costarricense y fija una gran cantidad de indicadores micro y macro económicos. ¿Para quién los fija, para quién trabajan estos funcionarios públicos? Es una gran pregunta que ahora nos hacemos y se queda enquistada en nuestra mente.
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Y del Gobierno ni hablemos, ¿cómo es posible que se pliegue a los dictados del Banco Central, incluso dándole la espalda a su propia fracción en el Congreso y al partido político que los llevó al poder? Inaudito, pero no es el único caso. En temas económicos lleva mucha razón alguna gente cuando afirma que la agenda gubernamental está ¿impuesta? por los intereses de los más poderosos del país. Y eso nos preocupa mucho.
Apoyar este proyecto es una lucha muy clara: es la lucha de un pueblo en su mayoría de personas contra el interés de usura de un grupo diminuto en personas pero grande en poder político y económico. Y las personas debemos vencer.