1. Quien llegue a la presidencia de la República a partir del próximo 8 de mayo, quien quiera que sea, no habrá sido escogido por una mayoría.
2. Por lo tanto tendrá en su contra que la mayor parte de la población no le quería inicialmente (en primera ronda) como su mandatario.
3. Definitivamente no tendrá consigo una fracción mayoritaria en la AL, por lo tanto sus pretensiones no necesariamente contarán con el aval parlamentario.
4. Por el contrario tendrá una mayoría legislativa en contra y haciendo oposición absolutamente férrea e incluso destructora.
5. Incluso, es muy probable que su propia fracción no le sea leal y se disperse o fragmente.
6. El gobernar por decreto -puede ser potencialmente llevado ante el nivel de lo constitucional- además le agrega dificultad y aversión social de distintos sectores.
Corolario 1: con una población que no le respalda mayoritariamente, con la AL en contra y potencialmente la institucionalidad que no se saltará fácilmente, además de todos los sectores como filtro, tendrá una dificultad mayor de cristalizar sus propuestas.
Corolario 2: quienes dicen que todo lo pueden lograr están dando una falsa imagen a la ciudadanía, todo lo pueden impulsar o promover, lograrlo es otra historia.
Corolario 3: se requiere más que una figura fuerte, una figura inteligente, que transe, negocie, que no imponga y se considere todopoderosa, que entienda y sepa cuál es el juego político completo.
Corolario 4: Los populismos manipuladores, que propugnan todo a partir de una sobresimplificación de los problemas y de las soluciones, que además todo lo ponen en términos de “voluntad política” crean altas expectativas y grandes decepciones. Dañan la democracia.
*Gustavo Adolfo Araya es politólogo y especialista en comunicación política. Profesor universitario y cofundador del Instituto Ciudadano.