El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Brasil ha votado a favor de inhabilitar políticamente durante ocho años al expresidente Jair Bolsonaro por abuso de poder y uso fraudulento de recursos públicos cuando en julio de 2022 reunió en el Palacio del Planalto a decenas de embajadores extranjeros para persuadirles, sin pruebas, de las deficiencias del sistema electoral brasileño y las urnas electrónicas.
Con el voto favorable de la vicepresidenta del TSE, Cármen Lúcia Antunes, se ha certificado el futuro político de Bolsonaro, quien en la víspera había visto como hasta otros dos jueces apoyaban la inhabilitación expuesta por el juez instructor del caso, Benedito Gonçalves.
El ex presidente de Brasil, así como sus jerarcas y copartidarios, tienen múltiples acusaciones por intentos de fraude electoral, pero además por manejo de redes sociales con mentiras y noticias falsas que engañaron a una gran parte de la población brasileña. Eso sin anotar el uso de la fe religiosa evangélica para captar votos de esos grupos, basado en teorías conspiracionistas anti pandemia y anti ciencia que terminaron por ser falsas.
La Fiscalía le tiene varios expedientes por apropiación de bienes públicos al supuestamente dejarse unas joyas obsequiadas por árabes, además de difundir un video falso sobre el hoy presidente Lula Da Silva y una amplia colección de posibles delitos que incluye además espía de miles de personas por medio de sus celulares. Al ex presidente le quedan aún muchos otros delitos por enfrentar.