Sobreviviendo al gimnasio
Si usted ha ido o va a un gimnasio definitivamente estos consejos le servirán para poder sobrevivir a esta aventura.
LAS RUTINAS
Ante todo, diré que prefiero los deportes o ejercicios al aire libre que entre cuatro paredes y bajo techo (bueno con alguna excepción). Pero sino queda de otra, ni modo entonces el gimnasio y aquí algunas recomendaciones para sobrevivir a este lance.
1) Primero que nada usted es el que se conoce bien (usted sabe lo chapa que es) pero el instructor no lo conoce, esta persona, como ocurre casi siempre e irremediablemente, hace una proyección de sí mismo en usted, y entonces le sugerirá unas rutinas infartantes. Usted le puede pedir sugerencias pero no las siga al pie de su letra (del instructor) porque corre riesgo de sofocación in extremis, agarrotamiento, tortícolis y desmayo prematuro. Haga la mitad de lo que le dice el instructor.
2) Practique la filosofía de A-A (asfixiados anónimos) de “un minuto a la vez”. Concéntrese en un minuto a la vez que esa sea su meta, no piense en la hora que le queda por delante de ejercicios, piense solo en el minuto en que está sufriendo en ese momento.
3) Es importante tener un espejo al frente en todo momento para ver las tonalidades de color que va tomando su cara la cual puede variar desde un “blanco difunto” en el extremo izquierdo, hasta el morado saprissista (después de caer ante la Liga en un clásico), en el extremo derecho.
Si se va acercando peligrosamente a cualquiera de estos extremos entonces desacelere y vaya parando paulatinamente hasta que el color tome un rojo o rosadito entonces manténgase en ese ritmo.
4) Último consejo, pero no menos importante, por favor en todo momento evite mirar hacia el entorno que está plagado de distracciones, las cuales pueden acelerar el ritmo cardiaco. Y esa combinación de distracción externa más sofocación interna podría elevar la frecuencia cardiaca de manera exponencial, acercándolo a nivel de infarto en cuestión de milisegundos.

Muy sabio, muy cierto!
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