REPORTE: La cultura durante el 2018, ¿más de lo mismo?
Si a usted le preguntan qué podría destacar de la actividad cultural del año 2018, ¿qué respondería? Aquí nuestra percepción a partir de un año de constante observación.
Si a usted le preguntan qué podría destacar de la actividad cultural del año 2018, ¿qué respondería?
Durante varias semanas anduve repasando contenidos, recordando, reflexionando lo más objetivamente posible, y finalmente me quedé en un limbo: ¿es el 2018 más de los mismo? ¿Se trata ya de un año y el otro también encontrarse con la misma realidad, sin nada ostentable o podemos hablar de algo nuevo, sorprendente o destacable?
Evidentemente, cada quien defenderá sus intereses y su espacio de trabajo y dirá que donde se desempeña la cosa estuvo mejor. Yo respeto eso, hay mucha gente que se esfuerza y, a pesar de los bemoles, intenta siempre la buena tonada. Pero uno como espectador de la realidad cultural, intenta observar más el conjunto.
Le presentamos esta visión de lo que se proyecta en los años siguientes, y de lo que hemos podido percibir durante el 2018.
Promesas a futuro
El pasado martes 11 de diciembre, el presidente Alvarado Quesada presentó el Plan Nacional de Desarrollo en el Teatro Nacional. Este plan es muy importante porque da contenido a las metas, porque define la ruta clara y porque legitima el presupuesto para cumplir esas iniciativas que se incluyen.
LEA TAMBIÉN: La Cultura en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2022
La propuesta de Cultura incluye varias metas que corresponden al programa de Gobierno del PAC y también las que coinciden con la Política Nacional de Derechos Culturales (PNDC). Algunas de ellas, como la “Ruta de los museos”, el Plan Nacional de Fomento a la Lectura coordinado con el Ministerio de Educación, el programa “Érase una vez un territorio” para devolver las escenas a la ruralidad y las costas, el apoyo al emprendimiento cultural y el impulso al desarrollo del turismo cultural, son medidas que el Partido Acción Ciudadana viene apoyando desde la convocatoria ciudadana de 2010, pero que también concuerdan con la PNDC.
En principio, estas mesas generan una esperanza y traen consigo un nuevo aire para romper con la inercia cultural en Costa Rica.
Pero el 2018, como que no…
Pero en lo que corresponde al 2018, creo que hay 3 temas sobre el asunto que nos pueden orientar: la nueva tendencia hacia la cultura naranja, la (des)centralización de la cultura y la inercia estatal en sus actividades artísticas y culturales.
Durante la administración de Manuel Obregón en el Ministerio de Cultura se empezó a insinuar una nueva visión de cultura: la necesidad de darle sustentabilidad económica a las actividades artísticas. Sylvie Durán continuó con esa idea y le dio contenido ideológico: la economía naranja, una receta importada que pone predominio a la comercialización del arte sobre el subsidio y aporte estatal.
LEA TAMBIÉN: La economía naranja no es la vía costarricense en cultural.
Pero ya sobre eso hemos abundado. Este año la novedad es que la economía naranja, después de casi 4 años de esta administración del MCJ, no aporta indicadores, ni datos, ni evidencia de algún tipo, de que haya traído algún provecho o bienestar superior al de años anteriores al sector cultura. Finalmente, con algunas variantes, el producto final ha sido el mismo de los cuatrienios anteriores cuando gobernaron Liberación Nacional o la Unidad Social Cristiana.
Ejemplos. ¿Qué ha sido de los festivales de las artes? Un refrito de los que producían Iván Rodríguez y Anselmo Navarro, con el agravante de que muchos espacios artísticos -de las artes visuales y literarias- han sido cerrados para imponer lo escénico y musical. Y francamente, la calidad de propuestas ha desmejorado, ¿una deficiente curaduría que no valora la calidad porque la desconoce o por conveniencia?
Hoy muchos hablan incluso de que estos festivales deben poner las barbas en remojo. La oposición crece e ignorarla o enfrentarla agresivamente no es la mejor ruta.
LEA TAMBIÉN: Orotina y Esparza albergarán el Festival de las Artes 2019
¿Qué ha sido de la Feria Internacional del Libro? Otro refrito, con el agravante de que incluso el año pasado se hizo sin país invitado y continúa la inestabilidad con la fecha, así como su funcionamiento. Eso sin hablar en detalle de la evidente desarticulación entre la Cámara Costarricense del Libro y la jerarquía del Ministerio de Cultura y Juventud. Las molestias en la entidad privada crecen día con día ante la actitud ministerial.
Para el 2019, la presencia de “Centroamérica cuenta” promete mejorar eso, ya lo veremos, que no vaya a empeorar los problemas entre todas las entidades en juego.
LEA TAMBIÉN: Un refrito llamado Feria Internacional del Libro
LEA TAMBIÉN: Centroamérica cuenta por primera vez en la FILCR
¿Y del Festival Internacional de Cine? En el 2018 ni siquiera se realizó. Fue un año triste para el cine hecho en casa, además de que la producción bajó notablemente. Para marzo de 2019 vuelve el festival y aún no genera mucha expectativa.
LEA TAMBIÉN: Festival Internacional de Cine volverá en marzo 2019
¿Y qué fue de aquel programa llamado Enamorate de tu ciudad? También desapareció en el 2018. Dirán que es por reducciones de presupuesto quizás, pero cuando uno ve las cantidades finales que se invierten, no varían ostensiblemente de los años anteriores.
Entonces, ¿cuál es la novedad en cultura y qué se ha mejorado con la economía naranja? Yo no veo nada, al contrario, veo deterioro y más de lo mismo. Y yo quisiera que alguien me desmienta, pero los hechos son contundentes: el 2018 la producción artística y cultural del MCJ tuvo un año desastroso, como pocos antes.
La descentralización en ascuas
Otro tema: ¿qué pasó con aquellos intentos por descentralizar la cultura y devolver el arte a las comunidades, que tan importante ha sido en la propuesta de Gobierno del PAC? Muy poco, esfuerzos aislados y carentes de coordinación institucional.
Después del Festival de las Artes (que ya uno no sabe si es internacional o nacional y cuál es la diferencia entre ambos) en la Zona Sur, el asunto volvió a afincarse en San José en el 2018. Para el 2019 tendrá una variación hacia el Pacífico Central, que parece positiva.
Pero qué pasa en este tema con todas las instituciones adscritas que gastan 42 mil millones de colones del MCJ. Ligeros e inconexos esfuerzos, normalmente asociados al logro de públicos escolares en los museos y a la presencia de actividades que visibilicen el cumplimiento, pero sin ese “poder transformador de la cultura” al que se aspiró alguna vez. No hay una política cultural que conduzca hacia una real descentralización de la cultura y, al parecer, ya las autoridades se han rendido en esa meta.
Desde la Dirección de Cultura se impulsan ahora más becas concursables en los Puntos de Cultura y las Becas Taller, además de los fondos de Proartes y las exiguas becas del Colegio de Costa Rica, con perspectiva comunal, tratando de hacer que la producción independiente se mueva en la periferia cultural, pero si se trata de toda la institucionalidad del MCJ es escaso lo que se hace en esta orientación o, en todo caso, lo que parece visible.
La institucionalidad inercial
¿Y qué más? Nada, solo inercia, instituciones funcionando por inercia burocrática, porque conocen muy bien el guion y hacen lo mejor que pueden con lo que tienen. En algunas el asunto funciona porque los funcionarios tienen entereza y experiencia para lograrlo, pero en otras uno ve aquello como un panteón de iniciativas.
La percepción general es que no hay coordinación, no hay conexión entre las adscritas y el despacho ministerial, y no hay políticas culturales que puedan hacer cambios o mejoras notables.
En consecuencia, mientras el asunto siga así, sacando agua del bote para al menos evitar un descalabro como el de 2014, sin una política cultural consistente, coordinada y clara, no se puede esperar más que la inercia institucional -en el marco de una supuesta economía naranja equivocada-, que sigue teniendo a las artes y la cultura costarricense enclaustrada mayoritariamente en el casco urbano de la Gran Área Metropolitana.
En el PND nos conduce en sus aspiraciones a un escenario diferente y ojalá sea cierto. Pero aún él, si desde la jerarquía superior no hay una visión integral, de conjunto y clara, contagiosa, de la política cultural, poco se logrará.
LEA TAMBIÉN: REPORTE 4: ¿Cuánto vale producir cultura en Costa Rica?
Mientras tanto, en las comunidades lo que vemos todos los finales de año son “festivales de la luz” apoyados por las municipalidades para mejorar su imagen, pero no se emulan programas exitosos como el Art City Tour (de iniciativa privada) ni el MCJ tiene presencia alguna en el desarrollo de las artes, más allá de las becas (fondos concursables) que otorga cada año y que solamente tratan de cumplir objetivos sociales del Programa Nacional de Desarrollo, más allá del propio desarrollo de las artes y la cultura en todas sus vertientes.
Es destacable, no hay mezquindad alguna en eso, que en los últimos años se ha dado un impulso importante a la actividad de la cultura comunitaria, mediante fondos que fueron variados para ser dirigidos hacia esos grupos. Fueron creados los “Puntos de cultura” con ese propósito, luego fueron modificadas la “Becas taller” para orientarlas hacia esos grupos e incluso las “Becas literarias” se deciden con esa inclinación hacia proyectos con perspectiva social y comunal. A veces uno piensa que el MCJ está haciendo el trabajo del Ministerio de Bienestar Social, si ese ministerio aún existe. Y uno entiende que la cultura es transversal en la sociedad, pero ¿y la cultura propiamente dicha, la poesía, el arte, los libros, las manifestaciones de la diversidad cultural?
También es valioso el impulso a la artesanía, mediante la Feria Hecho Aquí, un hallazgo muy valioso de apoyo al artesano auténtico de este país.
Finalmente, ¿usted qué piensa: hay cambios, hay mejoras, hay cosas que destacar en el 2018, o es más de lo mismo?
LEA TAMBIÉN: REPORTE: No le temamos al debate sano y al conocimiento