¿Quiénes son los diputados que se oponen a fijar tope a tasas de usura?
Un recuento por los diputados que se han manifestado en contra y a favor de esta iniciativa nos permite encontrar un común denominador y algunos contrastes extraños.
Un proyecto de Ley, que fue dictaminado en la Comisión de Asuntos Hacendarios defiende poner tope del 39% a las tasas de los créditos para los costarricenses.
La propuesta fue presentada por cerca de 30 diputados de varios partidos políticos y había mantenido un fuerte apoyo hasta hace unos meses, en la que varios diputados empezaron a poner trabas, principalmente en el tema del tope o límite máximo para las tasas de los créditos.
Un recuento por los diputados que se han manifestado en contra y a favor de esta iniciativa nos permite encontrar un común denominador y algunos contrastes extraños.
En principio, la mayoría de los opositores al tope son diputados marcadamente neoliberales, cristianos y conservadores, algunos incluso apoyaron una iniciativa del Gobierno que quiere dejarle al Banco Central -con otra metodología- el poder de asignar esos topes, cuando esa entidad ha dicho que el tope debería estar cercano al 57%. En palabras del diputado Welmer Ramos, una proposición que legaliza la usura, es decir, lo que ya está dado.
¿Por qué estos diputados hacia el final apoyan una iniciativa del Gobierno cuando se han opuesto tan marcadamente al Ejecutivo y sus propuestas? Cada quien saque sus conclusiones.
Otro contraste sucede con el PAC, donde tanto el partido como la fracción legislativa han dicho apoyar la iniciativa de Welmer Ramos y negar la del Gobierno.
En síntesis: el proyecto propusieron un 35%, y el Gobierno y los diputados conservadores proponen un 57%, aproximadamente; es decir, un 22% más. Al final quedó en 39%.

¿Quiénes se oponen al tope fijado en el proyecto?

María Inés Solís, del Partido Unidad Social Cristiana. Tiene amplia trayectoria en ese partido y ha mostrado tendencias neoliberales en temas económicos, poniéndose a la par de los evangélicos en algunos casos con temas sociales. Pertenece al músculo cristiano neoliberal de ese partido y ha sido muy crítica del Gobierno y del PAC.

Pedro Muñoz Fonseca, PUSC. De claro pensamiento neoliberal y economicista este polémico diputado se ha dedicado cada vez más a oponerse a labor del Gobierno en temas económicos. Es enemigo de la ley contra la usura, pero también ha obstruido otros proyectos importantes del Gobierno, incluso el de ayudas económicas para las familias a raíz del Covid-19. Puso primero mociones que defendió como si fueran para mejorar el proyecto, pero ahora sigue poniéndole trabas a la propuesta de Ley.

Carlos Avendaño, de Restauración Nacional. Líder y fundador de ese partido neopentecostal, que se separó de Fabricio Alvarado. Con un largo historial como congresista tiene fama de acomodarse a intereses creados y de ser un hábil negociador para lograr beneficios hacia sus molinos.

Jonathan Prendas, de Nueva República, partido fundado después de separarse de Restauración Nacional, liderado por Fabricio Alvarado, ex candidato presidencial. Prendas es uno de los más altisonantes líderes de esa agrupación abiertamente conservadora y neopentecostal. Su partido se opuso a 3 proyectos claves que el Estado de la Nación reconoce como fundamentales para haber superado la crisis inminente del 2018. Sus reiteradas mentiras y noticias falsas lo caracterizan una y otra vez generando amplios rechazos en la población.

Otto Roberto Vargas, del Partido Republicano Social Cristiano, proviene del ala calderonista del PUSC que se separó en las pasadas elecciones para apoyar al doctor Hernández. Argumenta que habría exclusión para el consumo de las personas, aunque paguen más.

Gustavo Viales, del Partido Liberación Nacional; joven congresista de la Zona Sur ha interpuesto resistencia a la metodología que supone el proyecto para fijar el tope. Aunque dice apoyarlo, de repente salió haciendo bulla sobre el tema reiterando los criterios de los opositores, sin proponer algo nuevo al respecto.
¿Quiénes apoyan con fuerza el proyecto?

David Gourzong, del PLN, ha sido un férreo defensor y proponente de esta iniciativa e incluso amenazó al Gobierno de torpedear su propuesta si insistían en ella (que el BCCR ponga el tope). Tiene consigo a un sector socialdemócrata del PLN que apoya la Ley.

Welmer Ramos, del PAC, es el otro férreo defensor y proponente del proyecto y el más claro en explicar los beneficios de poner el tope según el criterio que está en el expediente 20.861. Ramos ha defendido de múltiples formas sus proyectos contra la usura bancaria, uno de ellos de bajar comisiones a los datáfonos ya fue aprobado y ahora depende que el Banco Central lo reglamente.

José María Villalta, del Frente Amplio, ha mostrado con vehemencia su apoyo a Ramos y Gourzong, además aportando razones sustantivas sobre la necesidad de poner el tope más bajo ante lo que ellos definen como esclavitud financiera actual.

María Vita Monge, del PUSC, es defensora y proponente de la iniciativa, que ha defendido en el plenario y los medios de manera abierta.
Como se puede percibir, al parecer casi todos los partidos están divididos sobre el tema.
En principio, el expediente tiene el apoyo de la gran mayoría del Congreso, excepto por quienes se oponen a que el tope sea fijado por un 2.2% no superior a la tasa de interés activa que define el Banco Central, es decir, lo que plantea el proyecto de ley.
¿Cuál podría ser el resultado?
Posiblemente haya dos dictámenes, uno de mayoría y otro de minoría. El segundo de quienes se oponen, el primero de la mayoría de la comisión.
Si los opositores se ponen duros en su posición podrían votar, en el Plenario, contra todo el proyecto (el dictamen de mayoría), y así podría afectar el resultado final. Existe el riesgo. Y entonces podría votar el dictamen de minoría en reacción viceversa.
Ahora bien, siguiendo la tendencia de funcionamiento del Congreso actual es posible que los evangélicos (Restauración y Nueva República) voten en grupo y en contra el proyecto. Eso significaría 14 votos menos, si todos votan cuando sea el día.
El PAC, por su parte, posiblemente vote en grupo a favor del proyecto. Es decir, 10 votarían a favor del proyecto de Ramos y Gourzong.
En el PLN es posible que haya votos en contra y que el resultado sea dividido, pero con más votos a favor. Situación similar sería en el PUSC y en los demás partidos pequeños que conforman el plenario.
También existe la posibilidad de que finalmente todos o casi todos voten a favor dejando en actas su desacuerdo sobre el tope, para salvar su responsabilidad en el tema; es decir, una decisión salomónica que no les maltrataría en cuanto a popularidad.
Pero está por verse…