Es un fenómeno que apenas tiene un quinquenio de haber sido reconocido, pero posiblemente existe desde todos los tiempos o, al menos, desde décadas atrás. La diferencia es, quizás, que hoy es más evidente por los prejuicios o preconcepciones ideológicas, y es más común entre los jóvenes que se aferran a ideas que consideran inamovibles.
