Ayer por la noche, en el Hotel San José Palacio un grupo de unas 90 personas le organizó al presidente Alvarado una emotiva cena de despedida, como homenaje y agradecimiento por su labor durante los últimos 4 años.
La actividad fue financiada enteramente por el grupo de personas, quienes pagaron de su propio bolsilla una cuota para alquilar las instalaciones y la alimentación del Barceló San José Palacio, según informaron las organizadoras.
También se destacó que en este grupo de apoyo no habían funcionarios del gobierno, ni personas ligadas a la administración Alvarado Quesada. El presidente expresó que este grupo tiene doble mérito, porque dio la lucha a pesar de haber sido denigrados como “focas”, entre otras ofensas o manifestaciones de odio y politiquería.
Después de saludar personalmente mesa por mesa a todas los presentes en el acto, Alvarado Quesada recibió en la mesa principal varias muestras de afecto y discursos emocionados. En un momento, ante la expresión de una de las organizadoras, que le agradeció por cumplir su palabra de dejar a su hijo Gabriel un país y un mundo con esperanza en el mañana (por sus luchas ambientales principalmente) y el aplauso generalizado y altisonante del público, el mandatario no pudo contener sus ojos ya llorosos y se desató en un llanto emocionado (ver video).
Recuperado del episodio sensible, luego el presidente emitió un discurso por cerca de 20 minutos donde, espontáneamente, fue relatando sus logros y esfuerzos en varios temas. Entre bromas y con un charla informal, el mandatario narró también anécdotas de la lucha dada.
“Vamos a descansar”, dijo con énfasis en varias oportunidades. Dijo sentirse en paz y dormir muy bien, porque se siente satisfecho por el trabajo y la orientación que le dio a su gobierno, porque considera que las reformas realizadas fueron promesas de campaña, incluso todas las impopulares que maltrataron su imagen.
“¿Se dedicará a escribir?”, le preguntamos. “No lo creo, no de inmediato”, contestó.
También manifestó haber llorado varias veces como presidente, ante las dificultades que enfrentó su gobierno y los ataques recibidos con temas controversiales, como la reforma fiscal. Incluso dijo que él siempre había sido muy ecuánime en los momentos difíciles ante el público.
La primera dama, Claudia Dobles, lo consoló y tomó el micrófono para expresarse ante la gente, porque Alvarado no podía hablar de tan conmovido que estaba.
Al final de la noche, la gente manifestó que la actividad había sido muy intensa de emociones y que el objetivo se había cumplido: manifestar al presidente que no está solo y hay gente en el país que entendió y apoyó su esfuerzo para realizar una gestión impopular, pero que era necesaria para darle estabilidad al país en varios temas donde la bola había sido pateada gobierno tras gobierno.
Le compartimos en esta entrega la primera parte del discurso del presidente Alvarado en la actividad, en próximas notas lo haremos con la segunda y tercera parte. El audio nos falló, así que es necesario subir el volumen y ponerse audífonos para escucharlo mejor.