Antecedente del interés por el libro.
Las intenciones nacen pero no siempre las identificamos.
Cada vez que visito a mi madre conversamos acerca de los libros que estamos leyendo. Tenemos gustos distintos así que rara vez coincidimos.
Como madre lectora, se interesó desde que yo era muy pequeño para que acogiera el hábito de la lectura porque “me haría más inteligente”. ¡Créanme, es un mito!