OPINIÓN. Esteban Mata. Cuando era chiquillo, recuerdo que me llamaban la atención las etiquetas. “Tóxico”, “Peligro”, “Mantener fuera del alcance de los niños”. Lo recuerdo bien. De hecho, caigo en cuenta que en más de una ocasión leí aquellas advertencias, porque precisamente, estaban al alcance de los niños.
Ahora, que está de moda prender las antorchas digitales para incendiar el MEP, a propósito de la publicación inapropiada y fuera de lugar en torno a una novela de realismo sucio (en serio eso no es erótico, es sexo duro y puro), queda claro que hay gente dentro del Ministerio que debería estar fuera del Ministerio.