¿Por qué es tan fácil engañarte en redes? ◘ Voz propia
Alimentar el morbo mediático y lograr engañar a la gente en redes sociales es lo más fácil, basta con titulares manipulados y escasez ética. Y algunas fórmulas sencillas…
Hace unos días publiqué un artículo informativo sobre la policía que recibió un disparo de bala por un caso de violencia doméstica en Heredia. Por error, de manera involuntaria, escribí mal el título y puse “Oficial herida por violencia doméstica provoca repudio del Inamu y feminismo”. Sin embargo, quise decir “Caso de oficial herida por violencia doméstica provoca repudio del Inamu y feminismo”.
Mucha atención: UN SOLO CAMBIO COMO ESE logró que ese artículo tuviera 10 veces más visitas que el segundo más visitado en la última semana.
Como se puede ver, el morbo de mucha gente fue ver por qué el Inamu y el feminismo sintieron repudio contra la pobre oficial herida en el cumplimiento de su deber. Y eso es decepcionante para un comunicador serio, porque posiblemente con el título imaginado al inicio el artículo no hubiera tenido el despliegue que logró.
Así entonces, entre quienes criticaron el titular y entre quienes entraron por morbo, lograron posicionar el contenido en redes ampliamente, al compartirlo y comentarlo. Como ustedes sabrán, el algoritmo de Facebook y demás redes comerciales es especial en eso de darle importancia a todo aquello que genere más reacciones, aunque sea una gran mentira. Y las mentiras generan, claramente, más reacciones. (Si quiere conocer más sobre esto lea aquí).
Esa es la fórmula de medios sensacionalistas, como la Extra (con sumo descaro), Crhoy, Mundocr y otros nuevos que surgen de la nada y pronto tienen decenas o cientos de miles de seguidores. Así han logrado sus crecimientos exponenciales, alimentando el morbo mediático que usted posiblemente sigue diariamente.
Por ese mismo morbo es que temas como sucesos, deportes y espectáculos son temas tan apetecidos por las masas, donde el chisme y los personajes de la farándula deportiva, artística o criminal “divierten” más que los temas de mayor relevancia.
Esta pregunta la he realizado varias veces, y la repito: Entonces, ¿de quién es la responsabilidad de que tengamos una sociedad mal intencionada y cargada de noticias falsas, violencia y valores negativos? En otro lado la llamé una sociedad que prefiere la coprofilia mediática.
Necesitamos con urgencia en primaria y secundaria enseñar algo más que “el proceso comunicativo”, algo como lectura inteligente de los medios de comunicación (y de los libros), es decir, análisis de contenido y análisis de discurso (promoción de la lectura por sus propias bellezas). Actualmente se enseña de manera muy tímida y, bueno, los resultados están a la vista, cuando cerca de 8 de cada 10 docentes aceptan que no les gusta leer. Ni pensemos en los estudiantes o los padres de familia, atribulados con sus múltiples responsabilidades.
Yo no puedo entender cómo es posible que aprendamos tantas cosas valiosas en las universidades y cómo se realizan todos los días notables descubrimientos, pero la educación formal en primaria y secundaria sigue anquilosada en formatos retrógrados del siglo pasado.
No sé cuándo será que llegue una autoridad educativa de avanzada que no le tema a los dinosaurios de esa institución y enfrente, con voluntad y apoyo presidencial, una reforma curricular significativa (desde la propuesta curriculares universitarias hasta lo que el sistema ofrece a los estudiantes), no la serie de parches que vengo viendo desde hace unos 30 años. Nos agobia la lentitud educativa, el miedo al cambio y, sí, la pereza intelectual.
Pero este tema da para otro artículo…