Pegan grito sobre gran riesgo ecológico en los humedales de Sierpe-Térraba

Redacción. Cada día son más los costarricenses que hablan de las maravillas que se pueden presenciar en el paraíso de Osa, incluyendo sus playas desnudas del gentío y la contaminación, el Parque Nacional Corcovado, la isla del Caño y sin duda alguna de los humedales de Sierpe-Térraba. Pero ahora una amenaza se cierne sobre el lugar.

Aunque la contaminación por las grandes plantaciones en los humedales del sur no es nueva, antes por los agroquímicos que usaban las bananeras, es ahora que se pega el grito sobre los efectos del problema. En el programa Siete Días de Teletica Canal 7 y recientemente en un reportaje de La Nación, líderes ambientales y de turismo de la comunidad se manifiestan sobre la invasión de terrenos protegidos.
Culturacr.net, también, desde hace varios años viene mostrando por medio de sus tours, tanto la belleza como los problemas ecológicos que presenta la zona. También hemos alertado sobre el riesgo para los humedales que pueda presentar el proyecto hidroeléctrico Diquis.

“El gran problema es que las grandes plantaciones invaden tierras protegidas para los humedales y hacen canales que vacían agroquímicos en el río Sierpe”, expresan los líderes de turismo local, como es el caso de don Jorge Uribe, un colombiano residente en el país, que ha generado un sólido comercio de turismo ecológico.
Aparte eso, ha sido difícil la educación en la comunidad. “Cuando uno ve una botella plástica flotando en el río, en medio de los lirios, se deprime y piensa: cómo es posible que no entiendan que se trata de la gallina de los huevos de oro”, indica Geovanny Jiménez, guía de CulturaCR Tours, quien ha viajado decenas de veces hasta Corcovado y la isla del Caño, pasando por los humedales de Sierpe.
Según el reportaje de Siete Días, los tribunales de la región no tiene los recursos para darle curso a las demandas que ponen las autoridades ecológicas. Tampoco se pueden controlar y verificar todas las demandas por abuso ecológico.
Plantaciones de arroz y de palma aceitera generan erosión y contaminación que también se agrava con la tala indiscriminada ilegal, en el entorno de los humedales más grandes del país y que tienen importancia mundial (son protegidos por la convención Ramsar).
La Fundación MarViva y los administradores del Área de Conservación Osa han denunciado principalmente lo que sucede en la parte que va desde la laguna que da origen al río Sierpe (que forma un espejo de agua) hasta la comunidad de Sierpe propiamente. Después del pueblo el río continúa por hermosos manglares que si bifurcan en varios canales y, así, serpenteando, van a dar al mar (ver mapa).
Según el reportaje de La Nación y basándose en el dato dado por MarViva, en total 20.000 hectáreas rodean el humedal, de las cuales 9.000 –casi la mitad– son consideradas patrimonio natural del Estado.
“En total, se trata de al menos 700 fincas situadas al sur del río Sierpe y en el sector de manglar. Este último es un importante ecosistema que, entre sus múltiples funciones, alberga especies acuáticas por ciertos periodos. Luego, estas vuelven al mar y se convierten en productos de consumo”, indica el periódico.
“Nosotros hemos podido ver cómo los cultivos invaden el terreno protegido, sin reparo alguno”, expresa Jiménez.
Los humedales cuentan con todas las especies de mangle que se pueden encontrar en el país, hogar de perezosos, aves y otras especies naturales de gran importancia. En el pasado, el mangle había servido para producir carbón, hasta que se convirtió en territorio protegido.
“En los constantes viajes que hacemos, para aprovechar la temporada de avistamiento de ballenas principalmente en la isla del Caño, no podemos evitar el sentir un lamento al saber que toda es mágica biodiversidad pueda desaparecer o, al menos, ser modificada por la acción del hombre; es que se trata de un lugar realmente paradisiaco”, agrega Jiménez, quien es originario de la Zona Sur.
Según estudios de la Universidad de Costa Rica, el humedal ha perdido por lo menos 5.000 hectáreas en los últimos años.
“Están haciendo estragos que nunca han hecho, antes uno pasaba por aquí y se sentía el olor a saíno, ahora no aparecen”, expresa el capitán de lancha Féliz Jiménez en el reportaje de Siete Días.
Los lugareños han narrado a Culturacr.net en varios ocasiones que el gran problema es la inasistencia del Estado, porque cuando llegan el daño es ya irreversible y nada se puede hacer. Y la ley no tiene penas que inhiban a los productores agrícolas de ampliar su propia frontera agrícola. Y el problema no se detiene, año con año la pérdida va en ascenso.
Si usted desea conocer este maravilloso lugar y verificar con sus ojos el daño causado, así como disfrutar del paisaje y del avistamiento de ballenas y otras especies marinas y terrestres, le recomendamos reservar nuestro tour que lo lleva al destino de su elección: Corcovado (Estación San Pedrillo) o la isla del Caño, pasando por humedales de Sierpe, así como Finca 6 y Batambal (sitios arqueológicos con esferas de piedra in situ).
Contacto inmediato: Tel. 8527-2814 (llamada o vía Whatsapp).