Mascarillas para todos en Madrid: por qué la medida puede no ser buena idea
Se argumenta que la medida puede “confundir a la población y no ayudar al control de la transmisión”, contribuyendo a una “falsa sensación de seguridad”
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La Comunidad de Madrid abastece a las farmacias de siete millones de unidades de mascarillas de tipo FPP2 para que los ciudadanos las recojan de forma gratuita. Pero existen dudas tanto sobre la conveniencia de su uso entre la población como sobre su homologación de acuerdo a los estándares de seguridad.
A lo largo de 15 días los ciudadanos madrileños podrán retirar sin efectuar ningún desembolso mascarillas con filtro del tipo FPP2. Así lo ha dispuesto el Gobierno regional, que a través de su Consejería de Sanidad ha habilitado un mecanismo de receta electrónica por el que con la mera presentación de la tarjeta sanitaria se podrán retirar las unidades.

La medida contrasta con la situación vivida hace unas pocas semanas en la capital española y por ende en todo el país, cuando se experimentó una seria escasez de equipos de protección individual (EPI). Se intenta dotar así a la población del material necesario ante las inminentes normas de uso obligatorio de mascarillas en espacios públicos y/o cerrados, tal y como ha informado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Sin embargo, la iniciativa de repartir estos siete millones de mascarillas está siendo cuestionada prácticamente desde el principio, habida cuenta de las dudas y quejas suscitadas entre los profesionales de la salud.
Sobre su conveniencia
Responsables y jefes del Servicio de Medicina Preventiva de 17 hospitales madrileños han remitido al Ejecutivo regional una carta donde argumentan que la medida “no se sustenta en la evidencia científica”. Se argumenta que la medida puede “confundir a la población y no ayudar al control de la transmisión”, contribuyendo a una “falsa sensación de seguridad” y a generar en realidad un riesgo:
“Su uso continuado dificulta la respiración, es incómodo y, en determinadas personas, no tolerable. Su utilización en población general favorecerá que las personas se toquen más frecuentemente la cara y se quiten la mascarilla al no poder respirar cómodamente favoreciendo el riesgo de contagio”.
Estos profesionales también inciden en el hecho de que el tipo de mascarilla FPP2 requiere un adiestramiento para ser efectiva y no errar en su colocación, al tiempo que subrayan que el tipo más adecuado para prevenir los contagios son las unidades de tipo quirúrgico. Su uso generalizado puede obrar que se descuiden “las medidas preventivas más importantes”, como son el distanciamiento social, el lavado de manos y no tocarse el rostro. En suma, este colectivo opina que las FPP2 deberían mejor destinarse a los sanitarios, pues las usan allá donde el riesgo de contagio es muy alto: en las UCIs.
#MadridDonaFFP2
— Cristina de la Jara (@CristinadlaJara) May 9, 2020
La Comunidad de Madrid regalando mascarillas FFP2 a la población, mientras que a los sanitarios nos racanean el material.
Como médico,me siento nuevamente maltratada, estoy harta!!
Distancia social+mascarilla quirúrgica+lavado de manos es suficiente protección. pic.twitter.com/lenHOFYCw4
Por su parte, la Asociación Madrileña de Salud Pública (AMaSaP) ha emitido un comunicado donde señala que el tipo de mascarillas a repartir entre los ciudadanos tiene que ser del tipo quirúrgico y propone:
“Retirar la distribución a toda la población de la Comunidad de Madrid de las mascarillas FFP2 y reservarlas exclusivamente para los profesionales sanitarios, como recomiendan la OMS y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades”.
La AMaSaP subraya que las FPP2 “deberían reservarse para profesionales sanitarios que llevan a cabo procedimientos que generan aerosoles o que trabajan en lugares en donde se efectúen esos procedimientos y para los pacientes inmunodeprimidos”.
Mascarillas quirúrgicas para la población, no las que se deben reservar para los sanitarios.https://t.co/gXUm8Foi46
— AMaSaP (@amasap) May 10, 2020
Homologación dudosa
Varios son los aspectos que suscitan dudas sobre el cumplimiento de los estándares de estas mascarillas adquiridas por la Comunidad de Madrid. Por lo visto en los envoltorios, se echan en falta los cuatro dígitos ON que deberían seguir a la grafía CE (Certificación Europea).
Madrid recibirá 7 millones de mascarillas en 3 aviones a lo largo del fin de semana.
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) May 8, 2020
Se repartirán por todas las farmacias para que los madrileños puedan recogerlas el lunes con la tarjeta sanitaria o DNI.
A estos se suma el 10° avión con más material sanitario. pic.twitter.com/uNAupnjvvd

También se observa el empleo de un estándar doble chino (GB 2626-2006) y español (Normalización Española). Y faltan los cuatro dígitos que especifican quién otorga la certificación de que el artículo cumple con la norma estándar. Tampoco figura el nivel de protección que ofrece la mascarilla. Son cinco: V, con válvula de exhalación; D, mascarilla resistente con el paso del tiempo; C, que permite atrapar moléculas tóxicas; R, reutilizable; y NR, de un solo uso. Por último, hay errores en la norma europea de dispositivos de protección respiratoria mostrada en el envase, pues figura la inscripción N149: 2011, cuando debería ser EN149: 2001. Por otro lado, el tipo N95 de algunas mascarillas es un estándar chino a caballo entre el FPP2 y el FPP3 europeos.
Las mascarillas FFP2 que va a repartir el gobierno de Díaz Ayuso entre los madrileños tienen un error en el etiquetado. La norma UNE-EN 149: 2011+A1: 2009 no existe. https://t.co/8Y48B1cYb5 pic.twitter.com/QWeVtxE7NV
— Rubén Sánchez (@RubenSanchezTW) May 9, 2020
La gestión del Gobierno regional
La iniciativa de distribuir entre la población siete millones de mascarillas que no son reutilizables ni lavables y que ha provocado las críticas de los profesionales de la salud, se añade al enrarecido clima político suscitado a cuenta de las decisiones de Isabel Díaz Ayuso, algunas de ellas muy polémicas y contestadas.
La contratación de personal sanitario de refuerzo con pocas perspectivas de renovación, la gestión de las residencias de ancianos privatizadas, el diseño de los menús diarios para menores con pocos recursos, las compras de material sanitario o la recomposición de las plantillas de los centros de atención primaria para derivarlos a los hospitales, son solo algunos de los espinosos asuntos con los que la presidenta de la comunidad de Madrid pisa un terreno minado. Como afirma Marciano Sánchez Bayle, portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), “los refuerzos en atención primaria son testimoniales y se están teniendo más en cuenta operaciones de marketing y rentabilidad económica que los aspectos propios de la salud”.
Este pediatra jubilado explica que el reparto de las mascarillas debería organizarse de manera escalonada, pues las colas junto a las farmacias han sido muy visibles durante el primer día, aumentando el riesgo de contagios. Sánchez Bayle afirma que la presidenta de la Comunidad de Madrid debería guiarse por criterios de salud pública, “como los que le indicaba su directora general de Salud Pública, que ha tenido que dimitir”. Y concluye:
“La señora Ayuso debe dimitir por su desastrosa gestión de la pandemia”.