EDITORIAL. Hoy estamos de duelo cultural y, por esa razón, hoy Culturacr.net no trabajará como protesta. Aquí le contamos.
Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (DRAE) aberración significa “grave error del entendimiento” y aquí me refiero a esa acepción. Me parece aberrante y prepotente lo que ha sucedido con el jurado del “Premio Nacional de Comunicación Cultural Joaquín García Monge” en su última edición.
Para que podamos entender mejor, este es uno de los premios nacionales que otorga el Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) y para el año 2021 fue declarado desierto. Pero en este caso sucedieron dos cosas: la prepotencia de un jurado que no quiso darle valor a las propuestas enviadas, así como la torpeza del Ministerio al no incluir una de las propuestas en el manojo enviado a las integrantes del jurado. En este último caso, la propuesta de este servidor para considerar el trabajo de Culturacr.net, de este medio de divulgación que ostenta los 16 años de labor en la difusión de la cultura costarricense.
Ninguna de 11 propuestas
El jurado estaba compuesto por cinco mujeres: Marysela Zamora Villalobos (representante de la Compañía Nacional de Teatro), Natalia Cartín Monge (representante de la Dirección de Cultura), Laura Flores Valle (representante de la UNED), Larissa Coto Valldeperas (representante de la UCR) y Larissa Castillo Rodríguez (representante del ITCR). Ellas revisaron inicialmente 10 propuestas y, después, una más. Les cuento.
A finales de enero, hace un mes aproximadamente, fueron anunciados los resultados de estos premios como es usual, pero me resultó llamativo que este premio en particular (junto con uno de música) fuera declarado desierto, es decir, para el jurado ninguna de las propuestas mereció el galardón.
Hice un reclamo y las sorpresas llegaron. En un panel de cultura, donde colaboro desde hace unos años con el MCJ, escribí que “siempre he creído que es una ofensa para quienes sí participaron y trabajan con ahínco por la cultura que un jurado se asigne la arrogancia (debí decir prepotencia) de declarar desierto un premio, sobre todo en una época difícil, donde esos fondos pueden ayudar a incentivar o estimular nuevas creaciones en las artes y la cultura. ¡Vergonzoso!” Mantengo esa percepción. Por ejemplo, quienes leen Culturacr.net saben muy bien que dependemos de las donaciones de decenas de lectores que nos apoyan.
“Es ofensivo para quienes, más aún, en el contexto de una pandemia han trabajado con uñas y dientes para hacer su parte. ¿Qué diantres querían después de un 2021 como el vivido? Insostenible una decisión así”, agregué entonces y sostengo hoy.
Torpeza ministerial
Resulta que unos días después me entero que mi propuesta no había sido incluida entre las que valoró el jurado. Las alarmas se activan y, naturalmente, hay sospechas de que algo malo está pasando. Sofía Iglesias, la directora de Cultura, me explicó que había sido un error involuntario porque el formulario empleado por este servidor era de un otro premio (el de Gestión Cultural), pero que claramente yo indiqué de múltiples formas que se trataba del Premio García Monge, lo que legalmente me daba derecho a ser considerado (todos los formularios de los premios que administra la Dirección de Cultura son iguales, excepto por el título que le ponen).
Así las cosas, la Dirección de Cultura, por recomendación legal, convocó de nuevo al jurado a una sesión extraordinaria para valorar entonces mi propuesta. Después de un par de semanas, el pasado 17 de febrero el jurado sesionó y era tan evidente su molestia que incluso envió recomendaciones a la Dirección de Cultura para gestionar mejor los premios, pero ese es un asunto aparte.
En esa sesión extraordinaria el jurado reafirmó su criterio de declarar desierto el premio porque “considera que la última postulación valorada no cumple con lo necesario para ser merecedora del galardón”. Es decir, según las cinco integrantes del jurado Culturacr.net y este servidor, como su fundador y director desde 2006, no merecemos el premio.
Merecer el premio
Según este jurado, los criterios usados para valorar las propuestas fueron:
a. Mostrar una destacada labor de divulgación y promoción de los valores culturales
costarricenses.
b. Utilizar recursos técnicos acordes a los parámetros profesionales de calidad de publicación.
c. Respetar los Derechos Humanos y carecer de estereotipos o formas de discriminación.
d. Contar con una propuesta novedosa en su formato/género/soporte/ medio u otro particular
y destacar respecto de sus homólogas en el país.
e. Comunicar exitosamente los mensajes acordes a los recursos narrativos empleados.
No conozco las otras 10 propuestas, pero cuando leo esos 5 criterios me quedo indignado porque no se considere a Culturacr.net como un proyecto de comunicación cultural que los cumpla.
A ver, según este magnánimo jurado Culturacr.net durante 16 años de existir no tiene “una destacada labor de divulgación y promoción de los valores culturales”. ¿Cuántos medios han existido y aún existen (tres anteriormente premiados ya desaparecieron: Redcultura, Literofilia y Fusildechispas, por ejemplo) que hayan realizado una labor con un alcance como Culturacr.net y permanezcan en el tiempo? Entonces yo me cuestiono: o este jurado no leyó todo el detalle de mi propuesta (en el formulario) o ignora notablemente la historia, el contexto y los esfuerzos realizados.
¿Qué recursos técnicos esperan estas damas para considerar que una plataforma que usa video, escritura y formatos digitales modernos cumpla ese punto?
¿Consideran acaso que Culturacr.net, un medio “acusado” y vilipendiado por ser progresista y defensor de los derechos humanos y que está en contra de las formas de discriminación, que hace cobertura de temas indígenas y otros grupos discriminados años tras año, no es justo cumplidor de ese criterio?
Pues bueno, quizás ni siquiera tenemos propuestas homólogas, ¿acaso existen medios que hayan sobrevivido la carencia de recursos económicos durante tantos años y durante una pandemia como sí lo ha hecho Culturacr.net durante 16 años, incluso teniendo que expandir sus temas para lograr mayor alcance, pero sin dejar de lado la promoción de la cultura? ¿Qué tan novedoso puede ser un formato, cuando hoy Culturacr.net presenta los mismos soportes y tecnologías que cualquier otro medio de comunicación preponderante y que invierte millones de colones de financistas privados?
Finalmente, señoras y señoritas del jurado, permítanme contarles -como ya lo hice en la propuesta- que Culturacr.net ronda las 100.000 visitas por mes y acumula millones durante años, eso es porque logra comunicar los mensajes con variedad de recursos. Aprovechamos un alcance mayor para acercar las artes y la cultura (en sentido amplio) a más personas y lo hacemos adrede, porque nuestro origen y nuestra pasión es la cultura (y las culturas).
Aquí les comparto la propuesta enviada a la Dirección de Cultura, para que usted pueda también leer el resumen que se nos pide, un resumen, porque tendríamos que escribir al menos un tomo (o tal vez dos) de todo lo realizado desde que nació el proyecto, cuando ni siquiera existían redes sociales.
Círculos endogámicos
No sé si vivir en una esfera subsidiada por el estado con muchos recursos y posibilidades les obnubila el pensamiento y, sobre todo, una adecuada visión de lo que sucede en las artes y la cultura de este país. Vivimos tiempos muy duros y mantener sobreviviendo una quijotada como lo es Culturacr.net es una lucha permanente y muy difícil, para algunos imposible. Pero lo hemos logrado, sin un estado que nos brinde recursos, sin un Leonel Baruch que nos financie, con solamente lo que podemos gestionar de contribuciones de la gente, la escasa publicidad y otros proyectos paralelos. Por eso también ofende una decisión como la tomada.
Es vergonzoso que un jurado endogámico, desde una visión prepotente se arrogue el criterio único que veo válido: despreciar 11 propuestas por poner estándares tan elevados que terminan siendo ilusos, absurdos. Ni siquiera me atrevo a pensar que hubo una perspectiva de género en esa decisión, porque sería una forma de practicar la discriminación, aunque más de uno me lo ha dicho. Yo prefiero confiar en el criterio profesional que se usó, uno tremendamente equivocado.
No puedo hablar por los demás proyectos, porque no sé cuáles presentaron propuestas, pero los invito a expresarse y alzar la voz, porque estas cosas no están bien, al contrario, están muy mal. Es un desperdicio de los recursos del estado para presumir criterios subjetivos o que no son aplicados con precisión, mientras hay proyectos que trabajan en pobreza pero con mucho amor y vocación por las artes y la cultura.
Pero en algo sí estamos de acuerdo: estos “premios nacionales” deben reconsiderarse, porque se han convertido en un abuso endogámico, de círculos académicos bajo la égida estatal que no pueden comprender más allá de su propia realidad privilegiada.
Y aparte de este caso en particular, como lo dije en el panel de cultura cuando me enteré que había sido declarado desierto este premio, también debemos considerar que “históricamente estos premios han sido endogámicos y hasta corruptos (por tráfico de influencias), es decir, amigos premiando amigos o jurados premiando a los cercanos por relaciones o afinidades ideológicas, institucionales (UCR, UNA, etc.), familiares y hasta de clase. Es el poder de la amigocracia costarricense y de aldea donde las relaciones e intereses se tejen de cerca, de manera endogámica“.
Y por todo eso, hoy estamos de duelo cultural, con la única expectativa de que se tomen cartas en el asunto, que se asuman las responsabilidades y se corrijan los abusos que ya son insostenibles.
Endogamia, según el DRAE: “Actitud social de rechazo a la incorporación de miembros ajenos al propio grupo o institución”.