4 de junio de 2023

La derrota existencial del sindicalismo costarricense ◘ Voz propia

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¡Todo eso configura la fórmula perfecta para el desprecio social y para el fracaso! Es la derrota existencial del sindicalismo costarricense, con las graves consecuencias para el sistema de pesos y contrapesos de nuestra democracia.


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OPINIÓN. Son los hechos, pero además lo que ha venido sucediendo desde el año pasado. Esto ya no tiene que ver con gobiernos o partidos políticos, se trata de la sociedad costarricense y del sistema político costarricense que reporta una situación humanamente crítica.

Veamos este cuadro y al final un diagnóstico sobre el tema de los bloqueos que impulsa un sindicalismo rancio que ya tiene a gran cantidad de personas indignadas:

◘ Arriesgan y sacrifican la vida humana.
◘ Afectan y causan dolor a quienes dicen defender: la clase trabajadora.
Bloquean calles en perjuicio de más clase trabajadora.
◘ Se jactan o presumen de romper las reglas y faltar a la legalidad para conseguir sus intereses.
◘ Con arrogancia, presumen de deseos de violencia contra personas y grupos.
Agreden medios de comunicación porque dan a conocer las consecuencias de sus irresponsables hechos.
Perjudican niños y niñas pobres, tanto en su salud como en su educación.
Quieren que el Gobierno pase por encima de la Ley para beneficiarlos con pluses que son privilegios que nadie tiene en el país. ¿Acaso es un chantaje a cambio del resguardo de la vida humana?
◘ Saben que el Gobierno no pasará por encima de la Ley, porque no puede, pero igual hacen paro para ver quién la tiene más grande y con eso hacer mucho daño. Orgullo machista y patriarcal de tercer mundo.
◘ No entienden o no quieren entender que al Gobierno NO le hacen daño -porque está protegido por la legalidad-, sino a las personas con menos recursos y posibilidades de resguardar su salud, como sus derechos.
◘ Siguen usando consignas retrógradas que no son demostrables, como la mentira de la privatización (no hay elementos válidos de juicio para creer algo así, menos aún cuando vemos que la CCSS aumenta su inversión y cuando el Estado ha venido pagando su deuda histórica con esa institución) o la etiqueta del neoliberalismo (hasta tenerla bien gastada).
Muy poca gente, y solo por fanatismo político o prejuicio ideológico, ya les cree. Sin embargo, con el orgullo más inmaduro que podamos imaginar, siguen aplicando la misma fórmula que los conduce al desprecio y al fracaso.
◘ Siguen a los mismos líderes que durante años y décadas les han repetido las mismas mentiras y hoy no tienen nada que aportar, con un sindicalismo retrógrado y rancio de la época de la Guerra Fría, que antepone el ODIO egoísta y el desprecio de clase (todo es culpa de los ricos y empresarios), antes que el acuerdo, el diálogo y el entendimiento posible para el bien común.
Han perdido los valores más esenciales del ser costarricense: la solidaridad con el hermano, el temple pacífico, la dignidad humana, la capacidad de diálogo, respeto y tolerancia, la aceptación de la Ley y de nuestra centenaria institucionalidad democrática; del Estado de Derecho en general. Es decir, han perdido lo mejor del ser costarricense.

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¡Todo eso configura la fórmula perfecta para el desprecio social y para el fracaso!

Es la derrota existencial del sindicalismo costarricense actual, con las graves consecuencias para el sistema de pesos y contrapesos de nuestra democracia.

Y no solamente se trata del repudio de la gente afectada o la molestia de los espectadores, sino también de una realidad que parecen no comprender: hoy en el Congreso hay algunos diputados populistas y demagogos, pero el grueso del primer poder de la República ha venido votando favorablemente los proyectos que los sindicatos dicen oponer (la reforma Fiscal, educación dual, regulación de la huelgas…), es decir, que la lucha no está en las calles, sino en usar la inteligencia emocional y buscar vías más exitosas y que no hagan daño a los costarricenses más desvalidos. Están fracasando con esa estrategia de la violencia y el abuso.

Si el sindicalismo sigue las mismas guías pronto el cáncer que tiene dentro hará metástasis y no habrá bisturí que lo saque. ¿O será eso: que ya el cáncer está tan aferrado que no hay forma de sacarlo y dejar al cuerpo libre de ese mal? No lo sé, pero los trabajadores que pertenecen al sindicalismo costarricense necesita hacer una reflexión seria: reformar o morir.

Pero quizás deberíamos considerar atención psicológica, porque detrás de estos comportamientos hay muchos niños que nunca asumieron su responsabilidad de adultos (ref. Yo estoy bien, tú estás bien, Tomas Harris).

Y es que en todo caso ningún paciente puede ser salvado si no lo quiere de verdad. Pero el paciente debe entender que no solamente depende de él, que su familia espera que él luche y lo haga lo mejor posible para rescatar la democracia. Y esa familia somos todos los costarricenses, ¡todos! Más aún el pariente pobre que necesita nuestros conocimientos y nuestras manos para sobrevivir.

Imagen con fines ilustrativos

Los criterios y opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad del autor y no necesariamente corresponden a la línea editorial de este medio.


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