El proyecto de jornadas excepcionales logró 4 años más de tiempo para ser aprobado, pese a la oposición de algunos diputados del PLN y la bancada del Frente Amplio.
Acuña dijo que este proyecto es regresivo y permite a las empresas pagar horas extras como ordinarias, lo que causa un perjuicio a los trabajadores. “No se pueden dar pasos atrás”, arguyó.
“Este es un proyecto para legitimar la esclavitud moderna que existe en Costa Rica”, reiteró la legisladora Sofía Guillén. Y puso como ejemplo el caso de las tiendas SyR. “Porque las tiendas SyR es uno de muchos casos, como existe en los sectores agrarios”, agregó. Este proyecto busca legitimar esas prácticas, se trata de “poner a trabajar a las personas más horas de la cuenta sin pagarles horas extra”.
Daniela Rojas, del PUSC, rechazó esas acusaciones y dijo que esas expresiones son mentiras, porque ese proyecto es para casos concretos de actividades económicas donde se requiere ese tipo de jornadas y eso busca generar empleo.
Pilar Cisneros insistió que estas jornadas 4-3, de 4 días de trabajo y 3 libres ofrece la oportunidad de elegir a quienes sirve esa jornada, que no es obligatoria. “Cualquier empresa que quiera pedir estas jornadas debe solicitar autorización del Ministerio de Trabajo”, agregó.
Al final, una moción para revisar la votación que impulsó el Frente Amplio dio como resultado 14 votos a favor y 33 en contra, de manera que finalmente el plazo cuatrienal se amplía para ese proyecto.