El noveno informe del Estado de la Educación que fue titulado “Estado de la educasión” con la falta ortográfica intencional, fue presentado al público hoy y presenta una realidad que solamente el Ministerio de Educación y los actores del sistema pretenden desconocer: la educación en primaria y secundaria está en franca decadencia en Costa Rica.
Costa Rica es uno de los países donde la pérdida de aprendizajes cae en picada por una labor deficiente en todos los niveles. Ni el MEP ni los docentes están haciendo bien su trabajo.
El informe revela que el conocido “apagón educativo” durante la pandemia continúa, pero también los indicadores anteriores y posteriores negativos, afectan a toda una generación de estudiantes que tiene retrasos significativos.
Niños que en primer año no saben escribir ni su nombre o de tercer año que aún no saben leer, son ejemplos de la lamentable situación.
El informe encontró que “el Ministerio de Educación Pública (MEP) se concentró en garantizar la continuidad de la educación mediante lecciones a distancia o mixtas, pero sin asegurar el desarrollo de competencias claves, entre ellas la lectora y la matemática”.
“Ahora, el reto está en aumentar la calidad de la educación y enfrentar el empobrecimiento de los aprendizajes; para tal efecto, se deben mantener los bajos niveles de exclusión mostrados en los últimos años, principalmente en la secundaria tradicional, que fue inferior al 4% en el 2022”, agrega Dagoberto Murillo Delgado, investigador del Estado de la Nación.
También se reveló que según el Banco Mundial y la Unicef la pérdida de aprendizajes para Costa Rica podría ser de entre uno y dos años de educación formal. Junto a México y Ecuador, esta es la mayor pérdida de aprendizajes registrada en América Latina.
El estudio afirma que además el plan de nivelación académica del MEP “no partió de una evaluación de los aprendizajes del estudiantado en todos los ciclos educativos a nivel nacional”, además de que la administración Chaves Robles no le dio continuidad y rompió con lo logrado.
Murillo Delgado afirma que con la educación a distancia salieron a relucir problemas ya conocidos respecto a la formación y desarrollo profesional docente, la evaluación estudiantil y la supervisión del proceso educativo.
“Actualmente, el sistema educativo debe trabajar con una generación estudiantil que presenta rezagos importantes en conocimientos y habilidades básicas. De no atenderse esta situación, podría generar un efecto rebote en la exclusión, reprobación y asistencia del estudiantado”, advierte el investigador.
“Tanto la falta de capacitación, recursos y materiales para el cuerpo docente como el hecho de que no se evaluaron adecuadamente los aprendizajes del estudiantado son elementos que incidieron en la eficacia de la continuidad de las lecciones”, comenta Murillo Delgado.
Descargue el informe completo en este enlace.
Leave a Reply