Un índice de riesgo para comunidades pobres o asentamientos informales fue creado por Adolfo Quesada Román, geógrafo e investigador de la Universidad de Costa Rica.
El uso de tecnologías modernas como drones, ubicación satelital y otros permite conocer comunidades que están en gran riesgo por diversas razones, entre ellas las que tienen mayor riesgo de desastre por el tiempo o comportamientos climáticos y geológicos.
Índice de riesgo para comunidades pobres
“Para elaborar el índice de riesgo de cada asentamiento informal, Quesada utilizó las variables de amenaza (se tomó en cuenta los valores de pendiente media y la distancia con respecto a los ríos), exposición (se observó y se midió la densidad de la población, la cantidad de viviendas y el área de construcción por cada asentamiento) y, por último, la vulnerabilidad (se tomó como base el Índice de Desarrollo Social del Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplan)”, informó la UCR.
El estudio de Quesada Román encontró que los asentamientos informales con mayor riesgo de desastre de la GAM se encuentran en San José con un total de 49 asentamientos informales y un porcentaje de riesgo de 22,45, Desamparados con un total de 28 barrios marginales y un porcentaje de riesgo de 21,43, y Alajuela con un total de 25 asentamientos humanos irregulares y un porcentaje de riesgo de 24,00. En esas regiones destacan los siguientes lugares concretos: la Unión, Curridabat, Goicoechea, Tibás, Cartago, Alajuelita y Heredia, tal y como se observa en la tabla dos.
Esta valiosa investigación permitirá a instituciones como la Comisión Nacional de Emergencias conocer mejor los lugares con alto riesgo de desastre y prevenir antes de que sucedan, de manera que se puedan salvar la vida de muchas personas.
Según el investigador, “los diez cantones que concentran las unidades de mayor riesgo también tienen como característica habitual una alta densidad de población, que ronda los 2 000 habitantes por kilómetro cuadrado, así como un bajo promedio en el índice de desarrollo social, en comparación con otras localidades vecinas”.
Con este estudio se identificaron los asentamientos informales de mayor riesgo. Esta lista la encabezan barrios como Los Higuerones de Alajuela, Calle Valderramos de Río Azul de la Unión, El Muro de Concepción de Alajuelita, Los Ángeles de Guadalupe de Cartago, Barrio la Pista Sur- Guachipelín de San Rafael de Escazú, Nuevo Milenio de San Felipe de Alajuelita, entre otros.
Según Quesada, cada año, el país invierte entre un 1 % y un 2 % del producto interno bruto (PIB) en materia de reconstrucción y rehabilitación de infraestructura por desastres. Tal monto se podría reducir a la mitad si el país decidiera trabajar desde un enfoque de prevención del riesgo.
Quesada asimismo resaltó que el desarrollo inmobiliario en Costa Rica se ha venido dando de acuerdo con lo que propone el mercado, y no por una ley que contemple los elementos vitales en materia de ordenamiento territorial.
El caso de Bethel
Sin embargo, hay casos alejados de la concentración urbana que también ofrecen altos riesgos, como sucede Bethel, comunidad de San José de la Montaña, un terreno que era del narcotraficante Rafael Caro Quintero y que fue tomado en precario en los años noventa. Hoy es un residencial con casas en buenas condiciones, pero tiene una zona de alto riesgo.
Bethel se ubica en el puesto número 38 de riesgo y es el peor calificado de la provincia de Heredia. En esa comunidad habitan 77 personas, distribuidas en un total de 28 viviendas ubicadas en un área de 3722 metros cuadrados.
“El alto riesgo de este asentamiento se da debido a que se encuentra ubicado en una zona que naturalmente es peligrosa y en donde no deberían residir personas. Además, es un lugar con un alto nivel de amenaza, al tener una topografía con pendientes altas y al estar localizado en las cercanías de un río”, informó la UCR con datos aportados por Quesada Román.
Esta investigación fue publicada en el 2022 por la revista científica internacional Sustainability. También puede acceder al repositorio Kérwá de la UCR y descargar la publicación: https://www.kerwa.ucr.ac.cr/handle/10669/87578.