Según el Instituto Costarricense de Electricidad, a pesar de “mesas de negociación con generadores privados de electricidad –con plantas construidas y sin contrato–”, no han logrado llegar a un acuerdo sobre las tarifas con que el ICE les compraría energía eléctrica que estaría necesitando para este verano 2023.
El ICE normalmente acude a los generadores privados cuando los cauces de los ríos descienden y la producción de energía hidroeléctrica se merma considerablemente hasta poner en riesgo la posibilidad de abastecer a toda la población costarricense a lo largo y ancho del país.
En esta ocasión, el ICE alega que “los mismos generadores privados han presentado oposición a las condiciones impulsadas por el Instituto, cuyo objetivo es establecer las tarifas más baratas para los clientes finales, tanto residenciales como comerciales e industriales”.
Según la institución costarricense, “para hacer efectivas las transacciones, el precio a pagar debe ser menor que el ofrecido por las plantas del Instituto, y también inferior al que el ICE puede importar electricidad –en ese momento– desde el Mercado Eléctrico Regional (MER) o de generación térmica”.
De acuerdo con el ICE, para darle prioridad a los generadores nacionales y no acudir a la oferta regional, no se debe afectar la tarifa final para los usuarios.
“La figura de compra –basada en el Decreto Ejecutivo 43.700-MINAE de setiembre de 2022– brinda al Instituto mayor flexibilidad, dado que las transacciones son de oportunidad y no por un plazo determinado, aspecto que se adecúa a las necesidades del Sistema Eléctrico Nacional (SEN)”, agrega la institución.