Histórico acuerdo de la ONU establece nuevo marco global para proteger la biodiversidad en 2/3 del océano mundial
Tras décadas de negociaciones, se alcanza histórico acuerdo en la ONU para proteger la biodiversidad en la zona de alta mar, abordando amenazas como la sobrepesca, contaminación por químicos y plásticos, entre otros.
Tras décadas de negociaciones, se alcanza histórico acuerdo en la ONU para proteger la biodiversidad en la zona de alta mar, abordando amenazas como la sobrepesca, contaminación por químicos y plásticos, junto con el aprovechamiento compartido de recursos genéticos marinos, y fortaleciendo la CONVEMAR para adaptarla al siglo XXI.
Después de una década de negociaciones, los países han llegado a un acuerdo histórico para proteger los océanos del mundo. El Tratado de Altamar, también conocido como el Tratado de Conservación y Utilización Sostenible de la Biodiversidad Marina en Áreas fuera de la Jurisdicción Nacional, busca proteger y recuperar la naturaleza marina al establecer áreas protegidas en el 30% de los mares para 2030.
Histórico acuerdo tras 38 horas de conversaciones
Este acuerdo se firmó en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, después de 38 horas de conversaciones que estuvieron paralizadas durante años debido a desacuerdos sobre la financiación y los derechos de pesca. La última vez que se firmó un acuerdo internacional sobre la protección de los océanos fue hace 40 años en 1982, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Aunque esta convención estableció un área llamada “alta mar” -aguas internacionales donde todos los países tienen derecho a pescar, navegar y hacer investigaciones-, sólo el 1,2% de estas aguas están protegidas.

Jennifer Morris, Directora Ejecutiva de The Nature Conservancy
La vida marina que vive fuera de estas áreas protegidas ha estado en riesgo debido al cambio climático, la sobrepesca y el tráfico marítimo. En la última evaluación de las especies marinas a nivel mundial, se encontró que casi el 10% estaba en peligro de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Alta mar bajo amenaza: nuevo tratado de conservación de la biodiversidad busca salvar los ecosistemas marinos.
“El Tratado de Altamar es un acuerdo internacional que busca proteger la biodiversidad marina de la alta mar, que actualmente tiene sólo el 1,5% de protección. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR) necesitaba ser ampliada urgentemente para reflejar la necesidad de proteger los recursos naturales del océano en áreas cada vez más profundas y lejanas. La pesca industrial y el cambio climático están afectando al océano en su totalidad, y es necesario un enfoque global para su protección”.
Con la implementación del Tratado de Altamar, se limitará la cantidad de pesca que se llevará a cabo, las rutas de las vías de navegación y las actividades de exploración como la minería en aguas profundas, cuando se extraen minerales del fondo marino a 200 metros o más debajo de la superficie. Los grupos ambientalistas han estado preocupados de que los procesos de minería puedan perturbar los lugares de cría de los animales, crear contaminación acústica y ser tóxicos para la vida marina.

La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, que supervisa la licencia para la minería en alta mar, le dijo a la BBC que en el futuro “cualquier actividad en los fondos marinos profundos estará sujeta a estrictas regulaciones ambientales y supervisión para garantizar que se realicen de manera sostenible y responsable”.
Una de las principales preocupaciones durante las negociaciones fue la distribución de recursos genéticos marinos. Los recursos genéticos marinos son materiales biológicos de plantas y animales en el océano que pueden tener beneficios para la sociedad, como productos farmacéuticos, procesos industriales y alimentos. Los países más ricos actualmente tienen los recursos y la financiación para explorar el océano profundo, pero los países más pobres querían asegurarse de que cualquier beneficio que encuentren se comparta equitativamente.
El desafío, según el investigador marino de la Universidad de Estocolmo, Dr. Robert Blasiak, es que nadie sabe cuánto valen los recursos del océano y, por lo tanto, cómo podrían dividirse. Blasiak dijo:
“Si imaginas una televisión grande, de alta definición y de pantalla ancha, y solo tres o cuatro de los píxeles que están iluminados, representan los recursos del océano que actualmente valoramos y entendemos. Pero, hay millones de píxeles restantes que aún no hemos descubierto o evaluado, así es como vemos el valor actual de los recursos marinos. La gran mayoría de los recursos marinos, como los microorganismos, no se han explorado lo suficiente y no sabemos cuánto valen.
Estos recursos podrían tener un valor incalculable para la humanidad, pero también podrían ser explotados de manera insostenible si no se gestionan adecuadamente. El nuevo tratado de la ONU sobre la biodiversidad en alta mar es un paso crucial para abordar estos desafíos y garantizar la protección y el uso sostenible de los recursos marinos para las generaciones presentes y futuras.
Este tratado es un primer paso importante para abordar esta falta de información y comenzar a establecer un marco justo para la gestión y conservación de los recursos de la zona de alta mar. Además, el tratado también es una oportunidad para que los países trabajen juntos en la investigación y exploración de nuevos recursos marinos de manera sostenible y equitativa. Con la entrada en vigor de este tratado, se espera que se abran nuevas posibilidades para la ciencia, la tecnología y la cooperación internacional en la gestión de los recursos marinos del mundo”.

Esto significa que los recursos marinos podrían ser mucho más valiosos de lo que se piensa actualmente y que es importante continuar investigando y explorando para poder entender su verdadero valor. De acuerdo con Jennifer Morris, Directora Ejecutiva de The Nature Conservancy “El altamar cubre dos tercios de todos los océanos y casi la mitad del planeta, y alberga hasta diez millones de especies, muchas de ellas aún sin identificar“
La demora en la firma del Tratado de Altamar se debe a varios factores. En primer lugar, la protección del medio ambiente y de los océanos no ha sido una prioridad para muchos países y ha sido un tema políticamente complejo debido a los intereses económicos y a las disputas territoriales en alta mar. Además, la complejidad de los temas relacionados con la protección del océano y la falta de acuerdo entre los países sobre cómo abordar estos problemas ha obstaculizado la elaboración de un tratado efectivo.
Otro factor ha sido la falta de datos e información sobre el impacto humano en los océanos y la biodiversidad marina, lo que ha dificultado la elaboración de políticas efectivas para proteger los mares. También ha habido desacuerdos entre los países ricos y los países en desarrollo sobre cómo compartir los recursos marinos, lo que ha dificultado la elaboración de un tratado justo y equitativo para todas las partes.
Además, otro hecho a mencionar para que este acuerdo haya tardado décadas en llegar se debe a la complejidad de las negociaciones y a los intereses divergentes de los diferentes países. La alta mar es una zona de interés global, pero los recursos naturales que se encuentran allí son propiedad común de la humanidad. Por lo tanto, es difícil equilibrar los intereses nacionales y los intereses comunes de la humanidad en la gestión de la alta mar. Además, también hay intereses económicos en juego, ya que la alta mar es una fuente de recursos valiosos como el pescado y los minerales.
La CONVEMAR, que entró en vigor en 1994, fue un importante primer paso en la regulación de la alta mar, pero no abordó adecuadamente muchos de los problemas que enfrenta la zona. Durante los últimos años, ha habido un creciente reconocimiento de la necesidad de un marco global para la conservación y la gestión de la biodiversidad en la alta mar. Las negociaciones sobre este nuevo tratado comenzaron en 2018 y, aunque se han enfrentado a numerosos desafíos, finalmente se alcanzó un acuerdo histórico en la noche del sábado.
La CONVEMAR es la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, también conocida como Convención de Montego Bay. Es un tratado internacional que establece el marco legal para la exploración, explotación, conservación y gestión de los recursos del mar y el uso del océano en general. Fue adoptada en 1982 y entró en vigor en 1994. La CONVEMAR es el principal instrumento jurídico que rige las actividades en el océano y se considera la “Constitución del Océano“.
Este nuevo tratado es considerado un paso crucial para la protección de la biodiversidad marina y la conservación de los recursos genéticos en la zona de alta mar, un área que abarca aproximadamente el 60% del océano mundial y es fundamental para el equilibrio ecológico del planeta. La adopción de este tratado refleja la creciente conciencia mundial sobre la importancia de la protección de los océanos y la necesidad de una acción coordinada y efectiva para enfrentar las amenazas que enfrenta la biodiversidad marina y los recursos genéticos.
Este nuevo acuerdo también establece un marco regulatorio para la investigación y el desarrollo de recursos genéticos marinos, incluyendo cuestiones relativas al aprovechamiento compartido de los beneficios, el desarrollo de capacidades y la transferencia de tecnología marina, lo que puede abrir nuevas oportunidades para la innovación y el progreso científico. Además, el acuerdo fortalece y adapta la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR) para abordar los desafíos actuales y futuros en la gestión de los recursos marinos y la conservación de la biodiversidad en la zona de alta mar.
La firma del Tratado de Altamar ha tardado décadas en llegar debido a una combinación de factores políticos, económicos, técnicos y sociales que han hecho que la protección de los océanos sea un tema complicado y difícil de abordar, este tratado representa un hito histórico en la protección y conservación de los océanos y los recursos marinos, y refleja la necesidad urgente de abordar los desafíos globales que enfrenta nuestra biosfera. Su adopción es un recordatorio de la importancia de la cooperación internacional y la acción colectiva para proteger nuestro planeta y garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.