El nuevo Gerente General recién nombrado por la junta directiva de la CCSS y juramentado por la presidenta ejecutiva, Marta Esquivel, no pudo empezar a trabajar en ese puesto por un cuestionamiento en la forma como fue nombrado.
Juan Ignacio Monge era directivo de la CCSS y renunció para fungir como gerente de esa institución. Sin embargo, eso podría ser interpretado como tráfico de influencias, una forma de corrupción que está penada por el Código Penal y la legislación nacional.
Por un lado se cuestionó que la misma junta directiva, donde él fungía, lo haya nombrado directamente, y por el otro se dudó de sus atestados profesionales para desempeñar el puesto.
El artículo 344 del Código Penal establece que “Será reprimido con treinta a noventa días multa el funcionario público que propusiere o nombrare para cargo público a persona en quien no concurrieren los requisitos legales”.
Además, el artículo 7 de ley 4646, “Modifica Integración de Juntas Directivas de Instituciones Autónomas” establece que “No podrá ser electo gerente, subgerente o auditor del Banco Central de Costa Rica, de los Bancos Comerciales ni de las instituciones autónomas o semiautónomas, quien hubiere ocupado un cargo como miembro de la Junta Directiva de la respectiva institución durante todos o parte de los dos años anteriores”.
La CCSS es una institución autónoma, por lo que aplica este artículo al caso, según los abogados.
La Contraloría General de la República intervino solicitando a la junta directiva documentos que respalden el nombramiento de Monge y la CCSS entregó esta tarde un enlace con acceso público al acta donde se procedió al respecto, entre otros documentos de respaldo del proceso llevado para tal efecto.
Por esos cuestionamientos, el designado gerente del Gobierno de Rodrigo Chaves decidió renunciar esta tarde.