Según el partido político los dos candidatos representan la continuación de un modelo neoliberal que genera exclusión y desigualdad, por esa razón no dará su adhesión a ninguno de los dos candidatos presidenciales en esta segunda ronda.
Según el Frente Amplio, “el elevado abstencionismo como expresión de la pérdida de credibilidad de grandes sectores de la población hacia el ejercicio de la política, ante la exclusión económica, el crecimiento de la desigualdad social, el desempleo, las brechas regionales en oportunidades para el desarrollo, la concentración de la riqueza en pocas manos, sumado a los continuados escándalos de corrupción”.
Además al partido le preocupan lo que define como “diferentes formas de debilitamiento de nuestra democracia”.
Según la entidad, ambos partidos representan cosas negativas que no pueden apoyar de ninguna manera: “El primero, con un historial que le vincula a las etapas más oscuras del saqueo bipartidista que significó el cierre de instituciones, el avance de las políticas neoliberales y la germinación de muchos problemas que actualmente padecemos como país. El segundo, un exfuncionario del Banco Mundial (organismo internacional impulsor de la globalización neoliberal), sancionado por conductas de acoso sexual, que ejerció como Ministro de Hacienda en el actual gobierno, promoviendo medidas que lesionaban aún más a las personas trabajadoras y en condición de pobreza”.
El partido reafirmó su compromiso “con las mujeres de Costa Rica en la lucha contra toda forma de violencia y su derecho a vivir en una sociedad libre de acoso sexual”. También cuestionan “las posiciones autoritarias de quienes amenazan el ejercicio de la libertad de prensa, que ponen en entredicho nuestra institucionalidad democrática, la división de poderes del Estado, y que de manera irresponsable hacen promesas irrealizables que rozan con la legalidad y la Constitución”, ambas posiciones en relación con las noticias en torno a comportamientos de Rodrigo Chaves y Pilar Cisneros.
Además, “mantenemos de igual manera el señalamiento a la corrupción -pasada o presente- como uno de los principales males que corroen a la función pública”.