El porqué algunas editoriales y librerías NO venden ◘ Voz propia

Estantería abandonada
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Por Ronny Rosales. La literatura es pensamiento y el libro es el medio por la que este se comunica. En las librerías costarricenses y probablemente del mundo, lo que se venden son libros y no literatura.

En los medios de comunicación, la venta del medio y del contenido que transmite el medio se da de forma independiente.

Unos se dedican a vender televisores, radios, computadoras, periódicos, revistas, libros; otros venden el contenido que se transmite por dicho medio, en la literatura las editoriales venden el contenido y las librerías el libro.

La gran diferencia entre estas industrias, es la interdependencia que hay entre contenido y medio de comunicación. Un libro en formato físico únicamente puede albergar un contenido a diferencia de otros medios, donde el contenido es casi infinito.

Las métricas de rendimiento. Si las librerías venden libros percibiéndolos como venta del medio por el cual se comunica un contenido, van a orientar sus métricas hacia las unidades vendidas. En cambio, si enfocan sus estrategias a vender el libro percibiéndolo como venta de contenido, deben relacionar sus métricas de rendimiento con la calidad de ese contenido.

MÁS:

Las editoriales y librerías califican a sus promotores según las unidades vendidas y sobre la misma lógica establecen beneficios extra por metas cumplidas. Durante mi carrera he sido testigo de lo anterior. Esto motiva a los promotores a elaborar discursos persuasivos que motiven la compra por impulso. Las compras por impulso provocan que las personas lectoras acumulen libros en sus estantes ¿Quién se ha leído todos los libros en sus estantes?

La compra reiterada por parte del lector, se ve frustrada por la justificación racional del tener libros en su estantería que no ha leído, entonces, ¿para qué más?

¿Para qué comprar más libros si no se han leído los que tienen en casa?

Cuando la intensión de las librerías y editoriales es la calidad del contenido, no solo se aseguran de que el contenido sea más digerible para las personas lectoras, sino que crean grupos de lectura, incitan mediante todas sus tácticas de comunicación y mercadeo sembrar hábitos de lectura en las personas, anteponiendo la calidad del pensamiento materializado en el libro ante un volumen de ventas que ha demostrado ser contraproducente.

El principal problema de no orientar las acciones hacia la calidad del contenido, es que de cierta forma se deshumaniza la intención literaria. La literatura deja de ser importante por el pensamiento expreso, deja de enfocarse en aquella persona que consume el producto escrito con la intención de aumentar su creatividad, intelecto o entretenimiento. Es aquí donde la literatura, pasa a ser un negocio más donde el consumismo desmedido debe estar presente para sustentar las cargas económicas.

Es evidente que todo negocio tiene que ser rentable, el no tener ánimo de lucro no significa tener vocación de pérdida.

Las librerías venderán mayor cantidad de libros si logran formar de manera eficiente hábitos de lectura. Anidado a la aplicación de metodologías de innovación que acerquen a lectores, escritores y editoriales.


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