El poemario ‘Mariposas en los pechos’ y la poesía como un oxímoron
Lea el prólogo de nuevo libro de Editorial CulturaCR disponible en Feria Hecho Aquí.
La poeta Daniela Badilla publica su ópera prima con su libro “Mariposas en los pechos”, una colección de 42 poemas que exploran la condición humana y existencial con una voz propia muy particular y honesta.
Según el Diccionario de la Real Academia Española oxímoron es una “combinación, en una misma estructura sintáctica, de dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido, como en un silencio atronador“.
La poesía normalmente tiene oximorones porque fundamentalmente es un recurso estilísticos, una figura literaria que se utiliza para enriquecer la imagen. Pero más allá de eso, aquí hablamos de una poesía que nos asoma en sí misma a la vida humana como un oxímoron.
Le dejamos aquí el prólogo del poemario “Mariposas en los pechos”, disponible en la Feria Hecho Aquí en la Casa del Cuño de la antigua Aduana o también al tel. 8527-2814. El libro es producto del taller de escritura creativa que dirige el autor del prólogo.
El oxímoron de un diseño poético
La poesía de Daniela Badilla en este libro nos encuentra con un diseño poético que transita en la belleza humana del oxímoron.
Se trata del hablar de la dulzura de la muerte o del odio recurrente del amor que nos consiste y nos da sentido, de esa imagen tan poderosa que no es más que la síntesis de la existencia humana.
Las cuarenta y dos obras de este poemario nos permiten; con esa complejidad de lo simple, con esa profunda superficialidad de las palabras que se encuentran y forman versos, nadar en la esencial de la poesía misma.
Desde las primeras veces que tuve el placer de leer los versos de Daniela Badilla, cuando se acercó timorata al taller de escritura que dirijo, identifiqué tres asuntos asombrosos en su poesía: la fineza del oxímoron en la construcción de los versos, la autenticidad de su voz y su capacidad para disfrutar de sus propias imágenes al componerlas.
Como usted -encantado lector- podrá apreciar, estos poemas nos dejan una impronta, una huella marcada que perdura con nosotros por un tiempo. En su levedad está la misma densidad de sus significados, en su canto dulce está la misma grosería del dolor.
Hay imágenes que perduran aún más –como suele suceder en los buenos poemarios- y algunas expresiones no son casuales, sino engranaje de un tejido que solamente la poeta sabe cómo nació, pero que solamente nosotros sabemos cómo nos logró. Sus anáforas reiteradas, por ejemplo, son parte de ese juego entre las imágenes fuertes que alternan con el canto y el baile: otra vez el oxímoron que nos presenta la danza del más profundo pensamiento.
Dichoso usted, dichoso yo, que asistimos a este tango, a esta salsa, a este encanto de jugarnos la muerte con tanta poesía viva, la de Daniela Badilla.
Finalmente, agregar que este libro no es un chispazo o rejuntado de intentos; no, se trata de un trabajo serio, del pulido más fino que le permitió ir conformando ese vestido final que la poeta nos obsequia en esta obra, más allá incluso de las mariposas en sus pechos.
Geovanny “Debrús” Jiménez
Escritor.