“El padre de la desigualdad” ◘ A ritmo de mariachi
El sexenio presidencial 1988 ̶ 1994 de Carlos Salinas de Gortari,
con el paso de los años, se revela cada vez más como el origen
de varios de los grandes males que hoy aquejan a México.

El presidente AMLO no se cansa de repetir, cada vez que el tema lo amerita, que “Carlos Salinas de Gortari, presidente de México de 1988 a 1994, es el padre de la desigualdad” social de México, y padre de la inmensa masa de más de 70 millones de pobres mexicanos en 2021 (57% de la población) ̶ habría que agregar. Aunque en esa cifra en realidad, se incluyen 10 millones de pobres “nuevos” que se habrían sumado al dato del 2019, y que son producto de la crisis de la pandemia. No obstante, 60 o 70 millones, es una suma monstruosa en un país con 126 millones de habitantes.
El Dr. Alfredo Jalife calcula que hay más de 50 millones de mexicanos o sus descendientes viviendo en EUA, pero, en general, ahí los migrantes no tienen la condición de pobreza de los que viven en México y, por el contrario, la solidaridad de los migrantes con sus familias de origen, usualmente radicadas en poblaciones muy pobres del campo mexicano, hizo que en 2020, en lo más crudo de la pandemia y la depresión económica, las remesas de dólares hacia sus familias aumentaran a una cifra récord de más de US$40 mil millones. En este 2021, el comportamiento de las remesas también muestra una tendencia alcista y parece que marcará un nuevo récord histórico a diciembre.
Pero, volvamos a la pobreza en México lindo y querido. Sin entrar en detalles y estadísticas y demás, es muy fácil comprobar que antes de 1994, la pobreza en México era “manejable” alrededor de un 20%. Pero ya en el siglo XXI, los datos se vuelven alarmantes:
Si tomamos como referencia estos datos y notamos que a 2014 había un total de 87,7 millones de pobres en total y a 2021 se calculan 70 millones, incluyendo 10 millones agregados por la pandemia, veremos una notable disminución de la pobreza a 2020, cuando se situaba en 60 millones, sean 27,7 millones menos que en 2014. ¿Será producto de los múltiples y agresivos programas sociales de AMLO? Ese es tema para un próximo artículo… Volvamos a Salinas de Gortari.
Lo cierto es que hay un hecho en el que hoy coinciden tirios y troyanos: las elecciones de 1988 las ganó Cuauhtémoc Cárdenas, pero hubo complicidad del PAN (“del jefe Diego”, Diego Fernández de Cevallos, operador de la oposición) y así Salinas llegó a la presidencia. Bajo su gobierno se empezó a negociar el TLC con EUA y Canadá (NAFTA) y se suscribió el tratado que, desde sus inicios, demostró que era absolutamente perjudicial para México y favorable a EUA, como era de esperarse. Dos economías tan disímiles no podían competir y beneficiarse mutuamente en condiciones de igualdad. La migración mexicana hacia EUA fue cada vez más, la única salida para la pobreza generalizada en el campo mexicano y las zonas urbanas pobres.
Luego, acorde con el “Consenso de Washington” en boga en aquellos años, Salinas empezó la privatización (cuasi regalos) de importantes empresas públicas mexicanas. El origen de la fortuna de Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo durante varios años, se encuentra en “el regalo de TelMex” que le hizo Salinas; Slim operó la otrora telefónica estatal mexicana en condiciones de monopolio privado durante décadas y se enriqueció a más no poder. Igual destino siguieron muchas empresas más y las que lograron sobrevivir, serían privatizadas o eliminadas en el siguiente sexenio de Ernesto Zedillo, donde se aprobó el ignominioso FOBAPROA. AMLO ha repetido incansablemente que el FOBAPROA (1998), aprobado por 325 Diputados federales del PRI y el PAN, rechazado por 159 (de PRD, PT, Ecologista, 11 panistas, 7 priístas y 5 independientes y una abstención ̶ PAN), fue la forma de “convertir en deuda pública una gigantesca deuda privada de los bancos”, es decir, la estafa más gigantesca que haya sucedido en el mundo, con dinero del erario (el 60% fueron fondos públicos), se dice que fue de US$100.000.000.000 (cien mil millones). La deuda era a pagarse al 2025 pero hoy se sabe que esa meta está lejos de alcanzarse. La tajada del Presupuesto federal que se destina año con año a amortizar principal e intereses del FOBAPROA es enorme, algo así como $800 mil millones de pesos.
LO MÁS ESCANDALOSO DEL SALINATO
Hay dos pesadas herencias del Salinato, que sin duda han tenido un efecto devastador en el México del siglo XXI: una en lo económico ̶ ético y otra en lo político.
La corrupción a la sombra del erario alcanzó niveles inéditos, aunque bien se sabía que todos los presidentes de México terminaban su sexenio como hombres inmensamente ricos, esa era la norma. Sin embargo, parece ser que la estrategia de Salinas de comprar a la prensa para silenciarla y convertirla en caja de alabanzas del presidente, ha sido una pesadísima herencia que ha dificultado la conformación de un verdadero sistema democrático en México. “La prensa chayotera” (el chayote es el dinero/sobornos del poder a los medios y a los periodistas) es hasta la fecha un pesado lastre, que impide un verdadero papel de vigilancia ciudadana sobre el ejercicio del poder político, como es usual en una democracia robusta.
Según AMLO, esta práctica en realidad viene desde El Porfiriato (la dictadura de Porfirio Díaz ̶ 1876 hasta 1911 ̶ ), quien decía, cuando algún periodista o periódico lo criticaba “ese gallo quiere máiz” y, acto seguido, “lo maiceaba” (le pagaba chayote).

Además, durante los gobiernos del 2000 al 2018 era frecuente que, cuando un periodista o un medio independiente del chayote oficial criticaba la labor del gobierno, de inmediato se volvía objeto de ataques del poder, incluyendo el encarcelamiento, la desaparición o muerte de periodistas, el acoso y quiebra de medios o cierre de programas críticos.
Antes de 2018 la libertad de prensa en México tenía precio y Salinas pagó generosamente por comprar ese silencio cómplice y las alabanzas a sus escasos méritos y el aplauso a sus políticas privatizadoras, aunque se tratara del cuasi regalo de empresas públicas a manos privadas. El pago de chayote subsistió en el gobierno federal hasta 2018, pero hay muchos gobernadores que la utilizan en sus estados hasta la fecha; un ejemplo de esta práctica mafiosa es el gobierno de Jalisco a cargo de Enrique Alfaro: tiene comprados a los medios y solo publican lo que le conviene y distorsionan la información, la ocultan o simplemente mienten y cantan alabanzas al gobernador, que ha sido insistentemente acusado de estar coludido con el Cartel Jalisco Nueva Generación. Como él hay varios gobernadores con esas prácticas (Aureoles en Michoacán, García Cabeza de Vaca en Tamaulipas, etc.).
Es muy llamativo cómo, la intelectualidad mexicana de los 90 y del siglo XXI, estaba acostumbrada a recibir su “chayote” y guardar silencio. Y cuando alguno de ellos, como le sucedió a Héctor Aguilar Camín, osó criticar a Salinas, este tomó venganza e hizo públicos los jugosos contratos y cheques pagados al “intelectual orgánico” que luego siguió recibiendo millones cada año en los siguientes gobiernos, aunque ahora muy desprestigiado, pero siempre poderoso en círculos de “la intelectualidad mexicana”. Otro tanto puede decirse del tristemente célebre Enrique Krauze K. y su hijo homónimo, insignes chayoteros y acusados también de lavado de dinero (Jalife dixit) y de orquestar delitos electorales contra AMLO en sucesivas campañas, además de ser acólitos de las políticas desestabilizadoras de Soros en México. La lista de “intelectuales orgánicos” chayoteros es muy larga, pero en lugar de privilegio están los periodistas estrellas de los medios otrora todopoderosos de México: Televisa y TV Azteca: López Dóriga, Ciro Gómez, Carlos Marín, Loret de Mola, Adela Micha, Rivapalacio y un larguísimo etcétera.

La corrupta costumbre de pagar chayote a periodistas y medios llegó al colmo de que, en solo el último año de E. Peña Nieto (2018) se pagaron desde la presidencia US$500 millones ($10 mil millones de pesos, ¡una fortuna!). Pero AMLO eliminó esa práctica y con ello logró granjearse el odio visceral del 90% de la prensa tradicional de México, fueran periódicos, revistas, radioemisoras o televisoras.
Por esa razón AMLO es el presidente más criticado, todos los días, en la historia de México, solamente comparable al presidente Francisco Madero (1911 ̶ 1913), pero ahora no se persigue, no se encarcela, no se asesina ni se exilia a los periodistas que critican al presidente, como era usual antes de 2018.
Lo más grave de todo el Salinato, fue su relación con el narcotráfico, puesto que en aquellos años el primer lugar en producción y exportación de drogas ilícitas estaba en Colombia, pero, en el gobierno de Salinas, se pactó la colusión y protección al narco; entonces, el centro gravitacional del narco internacional pasó a México. Las funestas consecuencias de esta decisión, llegarían al clímax bajo el gobierno de Felipe Calderón, con su secretario de Seguridad reclutado como socio y empleado de la alianza del Cartel de Sinaloa y los Beltrán Leiva: Genaro García Luna.
Felipe Calderón, al igual que Carlos Salinas, llegó a la presidencia mediante un fraude electoral. Hay varias investigaciones periodísticas que afirman que el Cartel de Sinaloa le pagó US$20 millones para que nombrara a Genaro García Luna como secretario de Seguridad. Luego, el gobierno Calderón le declara “la guerra al narco” y saca el ejército nacional a las calles para librar esta guerra, que a la postre se descubrió que era una farsa: se trataba de una alianza militar entre el Ejército mexicano y el Cartel de Sinaloa para combatir a los demás cárteles rivales. Así inició un brutal baño de sangre que ha cobrado a la fecha más de 250 000 víctimas directas, más de 50 000 desaparecidos y más de 50 000 desplazados. Así, se convirtió a México en un gigantesco cementerio. Los cárteles rivales del de Sinaloa, en vez de desaparecer se multiplicaron y los niveles de criminalidad y homicidios dolosos aumentó a niveles de genocidio.
A nivel económico, recordemos que AMLO ha bautizado a Salinas “el padre de la desigualdad de México”, porque fue en su sexenio que se instrumentaron con decisión las nefastas políticas neoliberales que profundizaron la pobreza y la desigualdad en México a niveles nunca vistos. Inició un periodo de pauperización progresiva de la clase trabajadora que vio disminuido su poder adquisitivo progresivamente, hasta llevarlo a niveles insostenibles, ubicando a México como uno de los países con el salario mínimo más bajo en el concierto de las naciones.
La otra lacra que Salinas heredó a la vida mexicana y que le ha dado una triste fama mundial, es la violencia política. Se dice que el asesinato del candidato del PRI a la presidencia en 1994 que sucedería a Salinas en la presidencia de forma casi inequívoca, Luis Donaldo Colosio, fue ordenado por Salinas. Esto cruzó la línea roja y ya nunca más se respetaron las vidas de los candidatos(as) en México. En las pasadas elecciones intermedias del 6 de junio de 2021, se cometieron 90 asesinatos de candidatos(as) a diferentes cargos de elección; en el sexenio de Felipe Calderón, se registraron 240 asesinatos en la elección intermedia de 2009.

La violencia política inició con el asesinato de Luis Donaldo Colosio, y la violencia del crimen organizado inició con la colusión del gobierno de Salinas con los cárteles de la droga. Ambos sucesos, durante el sexenio de Salinas de Gortari, cuya pesada herencia sigue golpeando a México y dificultando la consolidación de una verdadera democracia. Si a eso le sumamos la venta y privatización de las empresas públicas, la corrupción generalizada y el chayote cómplice y rematamos con la colusión con el narco internacional, llegaremos a la conclusión de que el sexenio 1988 ̶ 1994, ha sido de lo más nefasto que ha sufrido México durante “el periodo neoliberal” que señala reiteradamente el presidente AMLO, para referirse a los últimos 40 años de saqueo sobre México.
Seguiremos comentando en el próximo artículo los casos muy curiosos de las recientes elecciones en Nuevo León, Tamaulipas y Chihuahua.
¡Hasta la próxima!