- Con ejemplos muy claro, este artículo de opinión plantea varias diferencias entre el estadista y el populista.
OPINIÓN. Por Luis Felipe Arauz Cavallini. Se atribuye al gran estadista británico Winston Churchill la frase “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.” Esta cita cobra mucha actualidad en este momento en nuestro país.
A falta de una visión de largo plazo, el presidente Rodrigo Chaves se ha dedicado a promover su propia imagen, en lo que don Claudio Alpízar acertadamente llamó la “tercera ronda electoral”. Ignora así los problemas de fondo y se enfoca en temas donde podrían existir percepciones negativas por parte de la ciudadanía, los que achaca a sus adversarios políticos.
En realidad, muchos de estos temas ya habían sido solucionados dentro de la legalidad por gobiernos anteriores (alquileres, registro de agroquímicos, pensiones de lujo y varios más), o estaban siguiendo el debido proceso legal para solucionarlos (compra de mascarillas por la CCSS, cuya investigación se inició desde la administración anterior).
Para hacer alarde de ejecutividad, al percibir la inconformidad de la gente por la lentitud de los procesos en el gobierno, don Rodrigo Chaves ofreció resolver en pocos días el problema de la colocación de un puente Bailey en San Carlos.
Al hacer lo anterior, no solamente incumplió, sino que chocó con dos realidades: la primera es el hecho que otros gobiernos habían sido tanto o más diligentes que el suyo en la atención de situaciones similares, y la segunda es que no se puede sustituir conocimiento técnico por autoritarismo.
Algunas percepciones negativas provienen de campañas promovidas por ciertos grupos de interés. A estas, el gobierno ha respondido con medidas que han causado o causarán un mal mayor. Por ejemplo, haciendo eco de los grupos antivacunas: ignorando y hasta agrediendo a la gente de ciencia, el presidente ha promovido la eliminación de la vacunación obligatoria y del uso de las mascarillas, lo que ha llevado a un aumento desmesurado de casos, hospitalizaciones y fallecimientos por COVID 19.
Debería recordar las palabras de un estadista de verdad, el Dr. José María Castro Madriz: “Triste del país que no tome a las ciencias por guía en sus empresas y trabajos. Se quedará postergado, vendrá a ser tributario de los demás y su ruina será infalible…”
También, la eliminación de regulaciones al precio del arroz y de los aranceles a su importación, ponen en riesgo la producción nacional y, al contrario de que lo ha anunciado don Rodrigo, no garantizan que vaya a bajar el precio al consumidor. Más bien se arriesga a que este aumente, como ha sucedido con otros productos agrícolas. La regulación garantizaba un precio bajo al consumidor y un precio justo para el agricultor.
Sin embargo, Chaves decide favorecer a su financista de campaña y principal importador de arroz pilado. Como solución a los agricultores, les sugiere que siembren cáñamo en vez de arroz. El agro no funciona de esa manera simplista. Ya lo decía el estadista y expresidente estadounidense Dwight Eisenhower: “La agricultura se ve fácil cuando el arado es un lápiz y se está a mil millas del campo de maíz”.