El efecto Trump y el absurdo de un mito (1) ◘ Análisis
Este lúcido y exhaustivo análisis de Daniel González sobre el fenómeno de Donald Trump en la sociedad y la política actual no deja punta que afilar.
- Todo el análisis se realizará en 4 entregas durante los siguientes días, esta es la primera.
Por Lic. Daniel González Chaves*. OPINIÓN. Ahora que pareciera haber pasado la “Era Trump”, al menos por el momento, es importante analizar que llevó a su existencia en primer lugar. No puede obviarse que alrededor de 70 millones de estadounidenses votaron por Donald Trump y todo lo que representa (bueno o malo), y eso es importante tenerlo en cuenta, esos millones no desaparecerán súbitamente.

Antes de iniciar nuestro análisis es importante aclarar: ¿Tiene posibilidades Trump de volcar el resultado a su favor? Mínimas, por no decir que casi nulas. Las diferencias de votos a favor de Biden en la mayoría de estados clave es muy superior incluso si se restaran los votos impugnados y hasta los votos por correo. Eso significa que aun si la Corte Suprema validara las denuncias por fraude y las impugnaciones de Trump, Biden seguiría ganando. Biden ha ganado en tantos estados clave que podría darse el lujo de hasta perder dos o tres y sigue ganando, mientras Trump requería el milagro de anular cientos de miles de votos incluido un buen porcentaje de votos no impugnables, en cinco estados.
Por dar un ejemplo, la diferencia de Biden sobre Trump en Pensilvania es de unos 40.000 votos, la campaña de Trump está impugnando 10.000 votos que supuestamente llegaron después del 3 de noviembre, aun si la Corte le validara su argumento seguiría ganando por 30.000. La situación es similar en los otros estados, pero por dar un ejemplo Biden podría perder Arizona y Nevada que seguiría ganando solo con Pensilvania.
Pero además diversos expertos, incluyendo abogados republicanos, han mencionado que es poco probable que la Corte acepte las impugnaciones y que las acusaciones de fraude tienen evidencias muy endebles difíciles de sostener en sede judicial. Más aún, aunque de mayoría conservadora, la Suprema Corte rara vez le ha dado la razón a Trump en la mayoría de sus fallos. Y por si fuera poco, la Constitución estadounidense establece que el Colegio Electoral designa al presidente y esto debe ser ratificado por el Congreso. Es decir, que aun en el muy lejano caso que la Suprema Corte le dé mayoría de delegados a Trump la última palabra al tendrá el Congreso de mayoría demócrata.
Así las cosas todo parece indicar que Trump será oficialmente ex presidente a partir del 20 de enero de 2021. Pero ¿Qué lo llevó a ser presidente en primer lugar?
Si bien es posible que una alta cantidad de votantes de Trump fueron republicanos moderados leales al partido y que votan por tradición sea quien sea el candidato, sin necesariamente compartir todo o parte de las posturas trumpianas, Trump tiene el apoyo decidido y leal de un segmento muy importante de la población. Distintos estudios han mostrado que muchos votantes de Trump son trumpistas antes que republicanos (es decir, que su lealtad es hacia él como figura y no al partido), y que su candidatura atrajo al Partido Republicano a una amplia cantidad de personajes muy variados que normalmente no militaban en ese partido.
Otro indicador que nos da luz al respecto es que el Senado parece que seguirá en manos de una mayoría republicana y que en muchos estados donde ganó Biden los votos para senadores fueron mayormente republicanos (lo que demuestra que difícilmente sean ciertas las acusaciones de fraude, a menos que los demócratas hayan sido tan tontos de hacer fraude para presidente pero no para senadores). El hecho de que claramente se haya quebrado el voto probablemente signifique que muchos republicanos votaron por Biden para presidente pero se mantuvieron fieles a su partido en la tarjeta legislativa. Esto nos dice que como dice el adagio popular “ni son todos los que están, ni están todos los que son”, no todos los republicanos votaron por Trump y no todos los que votaron por Trump son republicanos.
Sobre Trump se han creado muchos mitos alrededor, pero dos mitos particulares me llaman la atención y creo que son importantes para nuestro análisis; Se ha difundido el rumor de que Trump ha sido el presidente más pacifista de la historia. Incluso se le ha adjudicado el título de ser “el primer presidente en 70 años que no inició una guerra”. Bueno, si revisamos los datos reales, esto es falso.
Las últimas dos guerras oficiales en que Estados Unidos se involucró fueron la Guerra de Irak y la Guerra de Afganistán, ambas iniciadas por George W. Bush, republicano. Pero aun antes otros presidentes no iniciaron guerras formales de ningún tipo casos de Carter y Clinton. Clinton si se involucró en la Guerra de Yugoslavia bombardeando a las fuerzas serbias para prevenir el genocidio bosnio, sin embargo dicha guerra no fue iniciada por él. La última guerra previa a la de Bush Jr, fue la primera guerra de Irak o Guerra del Golfo iniciada por Bush padre y antes de esto sucedieron varias invasiones como la de Granada en tiempos de Reagan.
SONDEO:
Ahora lo que muchos contestarían que Obama no inició guerras oficiales pero continuó las de Bush (Irak y Afganistán) e “inició” las de Siria y Libia. Siria y Libia fueron guerras civiles donde Estados Unidos tomó posición a favor de un bando, otros países como Rusia hicieron lo mismo. Con esto no justifico a Obama, pero resulta curioso que se le achaque algo que, por ejemplo, Vladimir Putin también hizo, sin que a Putin se le mida con la misma severidad. En la realidad Obama mantuvo dos guerras aunque retiró algunas tropas; Irak y Afganistán, y bombardeó por distintas razones pero mayormente por intervenir en guerras civiles, cinco países más; Siria, Libia, Sudán, Somalia y Yemen. Trump por su parte hizo exactamente lo mismo; continuó las guerras de Irak y Afganistán aunque retiró algunas tropas, bombardeó Siria, Libia, Sudán, Somalia y Yemen, y además realizó ataques con drones en Pakistán e Irán. Lanzó en Afganistán la bomba no nuclear más grande que existe nunca antes usada en 2017, regaló armas a Arabia Saudí para que continuara la guerra genocida en Yemen, vetó al Congreso cuando le ordenó salirse de Yemen y lanzó más bombas a Somalia que Bush y Obama juntos. Pero de alguna manera Trump es para sus seguidores “el presidente más pacifista de la historia”.
Similarmente sus seguidores repiten que Trump es el primer presidente en lograr tratados de paz entre árabes e israelíes en 70 años. Nuevamente falso. Carter logró el tratado de paz Egipto-Israel en 1979, Clinton el tratado de paz Jordano-Israelí en 1994 así como los Acuerdos de Oslo y de Camp David entre israelíes y palestinos. Todos vecinos de Israel, mientras Trump solo logró tratados entre Israel y países con los que nunca ha estado en guerra y que no son sus vecinos como Emiratos Árabes, Baréin y quizás se sume Sudán.
Como podemos ver hasta acá, los seguidores de Trump parecen maximizar sus logros e ignorar o minimizar los logros de sus antecesores mientras que a la inversa minimizan o invisibilizan sus fallas y maximizan las de sus oponentes aun en las mismas condiciones. Es decir, han creado una mitología en torno a su figura que no corresponde con la realidad. Esto nos hace pensar que Trump responde a un deseo, una necesidad, que tienen sus seguidores. Esta figura mítica o mesiánica en la que buscan refugiarse porque se sienten más seguros y para ellos crean una narrativa, una imagen idealizada de Trump que no corresponde con la realidad objetiva.
No es el único mito en torno a Trump que ha surgido, podríamos hablar de la idea de que es un devoto cristiano defensor de la familia que dicen algunos de sus seguidores cuando él mismo ha dicho que no es religioso ni acude a la iglesia con frecuencia, está a favor del matrimonio gay, es dos veces divorciado y ha sido abiertamente infiel a su esposa, o que aseguran que Al Gore fue proclamado presidente por los medios en el año 2000 y que un mes después la Suprema Corte proclamó a Bush, cosa falsa y que ya ha sido desmentido por sitios de fact check, pero que aquellos que estábamos ya vivos en el 2000 recordamos bien. Bush siempre fue considerado ganador y presidente electo al punto de que Gore le llamó esa misma noche para felicitarlo y reconocer la derrota, de hecho la supuesta foto del Washington Post declarándolo “Presidente Gore” es alterada según reporta Reuters. No es el objeto de este artículo examinar los efectos de los bulos y fake news que daría para demasiado, pero nos lleva a preguntarnos ¿Por qué los seguidores de Trump (y me refiero a los de todo el mundo, no solo sus votantes) crean estas fantasías en torno a él? ¿estos “efectos Mandela”?
SIGA PRONTO LA SEGUNDA PARTE…
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*Daniel González Chaves, 3 de noviembre de 1982, es Licenciado en Psicología por la Universidad Nacional y escritor. Ha publicado diversas novelas como Un grito en las tinieblas; la vida de Zárate Arkham, Lágrimas de guerrera, Leonor; aventuras fantásticas y El efecto Casandra. Fungió dos veces como regidor en el Concejo Municipal de Tibás en el período 2006-2010 y 2017-2018.
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