Denuncias populistas que dañan el sistema judicial ◘ Voz Propia
OPINIÓN. Denuncias populistas: solamente bastan dos dedos de frente y un básico conocimiento sobre la legalidad y la dinámica política en Costa Rica para saber que las denuncias en la Fiscalía contra anteriores jerarcas son parte de una cortina de humo para disimular la ineficacia e incapacidad de un Gobierno que en 3 meses viene dando tumbos con soluciones de traje ajeno y de humo, que solamente engañan a los incautos.
Por ejemplo, ¿se dio cuenta que los puentes que dijeron estarían puesto en una semana durarán en realidad dos meses para estar listos en San Carlos? El ministro Amador confirmó que estaría puesto a finales de agosto. ¿Recuerda usted toda la fanfarria y algarabía con la que se anunció que, a más tardar, estaría en quince días?
Denuncias populistas
El abuso de ese tipo de denuncias populistas y politiqueras solamente le hacen más daño al sistema judicial costarricense, a su credibilidad y su capacidad de aplicar la justicia, porque la Fiscalía sabe muy bien que no tiene elementos probatorios ni de cerca para demostrar alguna anomalía o ilegalidad que responsabilice a los jerarcas. Pero aún así también la Fiscalía es cómplice del espectáculo al abrir investigaciones que, en su mayoría, termina descartando porque no son viables judicialmente.
Pero las masas desconocedoras, manipuladas por el discurso tergiversador del mesías Chaves, juzgan desde antes y declaran culpables sin ningún tipo de pruebas o juicio. En Costa Rica solamente basta decir que hay una denuncia para decir que un funcionario o político es corrupto, choricero, una lacra o un ladrón.
Denunciar al exministro Daniel Salas por las decisiones de la Comisión de Vacunación o al expresidente de la CCSS, Román Macaya, por procesos de contratación en la CCSS es fundamentalmente absurdo, más aún cuando las investigaciones y pruebas con que se cuentan apuntan a mandos medios (esos tan bien identificados por los mismos Rodrigo Chaves y Pilar Cisneros) y empresarios corruptos que funcionan mediante puertas giratorias.
Lo mismo sucederá con los exministros en el MEP. Todos los implicados deberían contrademandar para dejar un antecedente y que no se sigan usando esas demandas para hacer politiquería tercermundista.
No importa -incluso me parece necesario- que la Fiscalía investigue a cualquier ex funcionario (sea del PAC, del PLN, del PUSC o sin partido), ese proceso debe darse, es parte de la misma legalidad; el problema es que bajo un gobierno populista e irresponsable como el actual, que tiene a la gente más ingenua engañada, el asunto se convierte en un circo y en una cacería de brujas en la que hay una declaratoria de culpabilidad previa, que es usada por el mismo gobernante para hacer crecer su popularidad aduciendo una falsa lucha contra la corrupción. Los filtros, entonces, son necesarios.
El mismo presidente, con sus expresiones de odio, va acusando y condenando previamente en su famoso circo de los miércoles. Me perdonan, pero yo no puedo llamarle más a ese show una “conferencia de prensa”.
Este tipo de denuncias se han dado contra la prensa en países como Nicaragua o Venezuela, con el agravante de que allá el Poder Judicial fue copado por el dictador de turno para legislar a su antojo. En Costa Rica eso no sucede, al menos no todavía; el daño es otro. Me explico:
Al final, cuando no condenan a los supuestos corruptos entonces la gente dice: “el sistema no sirve, el Poder Judicial es corrupto, la política es sucia, solamente condenan pobres” y todas esas frases que abundan en redes. Y aunque a veces puedan ser ciertas, porque ciertamente hay jueces corruptos y un entramado legal que privilegia a los que más tienen, lo cierto es que no se puede aplicar a todos por igual.
Las generalizaciones como “todos los políticos son corruptos” o “la política es muy sucia” son expresiones ciertas parcialmente, que deben aplicarse a quienes realmente son corruptos y hacen de la político un juego sucio.
El sistema judicial y la legalidad, así como el sistema político, terminan dañados seriamente, mientras los políticos populistas e irresponsables cosechan apoyos y el país sigue un proceso de decadencia que va debilitando el sistema democrático, la paz social y los derechos de las personas.