El descontento contra Suárez crece por el mal desempeño se la Sele, después de la nueva derrota con goleada contra la selección de Ecuador.
Parece que el consenso es claro: Luis Fernando Suárez no le impregna a esta selección identidad de juego, una estrategia clara ni logra lo mejor de los recursos con que cuenta.
Hoy la Sele perdió un partido donde fue ampliamente dominado y tuvo que defenderse la mayor parte del partido, mientras las salidas erráticas y desordenadas fueron el común denominador. Pareciera que el único recurso es el pelotazo al frente buscando a un siempre solitario Joel Campbel o, con suerte, a algunos spring lateral.
El partido contra Ecuador mostró un equipo que no sabe a qué juega y no tiene un estilo propio, sino que espera algún chispazo de mucho talento, como sucedió en una fulminante aproximación en los primeros 20 minutos que el joven Madrigal no pudo concretar frente al portero.
Y el gol, una jugada de esperanza, o de ilusión, pero de una ilusión que también parece un chispazo, la única aproximación en el segundo tiempo con importancia después de una corrida por la lateral derecha que Campbell logró culminar con certeza.
Aún cuando Waston y Vargas son fortaleza en la parte baja, con Calvo en la lateral, lo cierto es que los demás no dan la talla. No parece haber medio campo y los laterales parecen rápidos pero sin precisión alguna, ni enlaces con mediocampistas que los proyecten. Al frente el joven Madrigal tiene mucho que ofrecer, sin duda, es una esperanza, pero aún no se entiende bien con Joel Campbell.
La Sele hizo solamente 3 tiros a marco en todo el partido frente a cerca de 16 ecuatorianos; así ningún equipo puede ganar un partido.
Este equipo no parece tener ningún futuro exitoso, no al menos para ganar la próxima Copa de Oro, una exigencia que debería tener, pero que es sumamente difícil que logre. Los augurios no son buenos, luego de perder con Panamá en casa 1 a 0, con Guatemala en Estados Unidos 1 a 0 y hoy caer 3 a 1 frente a Ecuador en Estados Unidos. El camino de derrotas está claro, con un equipo así ninguna aspiración.
Y la gente así lo entiende, la molestia crece y la Federación Costarricense de Fútbol no parece querer dar el paso decisivo: sustituir a un técnico que fracasó en el Mundial Catar 2022 y, a pesar de haber tenido mucho tiempo ganando su salario, no ha formado un equipo competitivo. Recuérdese la humillación contra España en Catar y un triunfo contra Japón que fue más producto del empeño de los jugadores contra un equipo que los dominó la mayor parte del partido.
La Sele de Costa Rica está demostrando que aquello de Brasil 2014 fue un espejismo, una excepción y, quizás, un milagro que no se podrá repetir si la cultura futbolística del país no cambia. Es decir, si no viene otro José Luis Pinto, o quizás otro Bora Milotinovic (Italia 90). Incluso si se prefiere a un maduro Alexandre Guimaraes. Aunque quizás lo mejor sería empezar un proceso con un técnico realmente bueno que haya demostrado ser de un nivel superior y no un conformista y complaciente que no tiene claro qué quiere de ese equipo.