Así convierten los temas vitales de la humanidad en un culto muy peligroso ◘ Voz propia

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De la razón a un culto muy peligroso

OPINIÓN. Actualizado. Original: 27 de febrero de 2021. Nunca hubiéramos sabido lo que realmente sufrieron, y contra lo que se enfrentaron, personajes como Denis Diderot y Jean Le Rond d´Alambert, desde antes de 1751 y 1772 mientras construían la primera Enciclopedia (“Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios”) antes de la Revolución Francesa de 1789, de no haber vivido el tiempo más reciente de la humanidad.

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Nunca hubiéramos entendido lo que tuvieron que luchar y enfrentar personajes como Voltaire y los grandes pensadores de la Ilustración (“el siglo de las luces”), de no haber vivido esta, nuestra época de locuras conspiranoicas, fanatismo religioso y politiquería basada en el culto al “creer”, más que al “ser” al “hecho” comprobado.

Cuando Umberto Eco dijo que las redes sociales le estaban dando voz a un gran grupo de imbéciles, no creo que imaginara (o quizás sí) el nivel al que se llegaría en los años siguientes.

Si durante la Ilustración la humanidad asistió al predominio de la razón sobre la fe, hoy estamos viendo una remontada inimaginable de la fe sobre la razón. Y cuando digo fe no me refiero única y estrictamente a la fe cristiana, esa que siempre hemos tenido, sino a manifestaciones donde impera la completa irracionalidad, la imposición de conspiraciones absurdas, especulaciones paranoicas, supersticiones descabelladas puestas como seudociencia y delirios sociales cimentados desde la desinformación y la mentira en la Internet.

La Internet está, como ya sabemos, repleta de páginas que se dicen medios de información donde solamente construyen mentiras y falsedades que no soportan ni media lógica. Pero son mentiras que la gente quiere oír, que la gente necesita para saciar su morbo y desahogar sus propios problemas existenciales.

Las redes sociales, por supuesto, se encargan de difuminar en grupos todas esas mentiras, sin pudor alguno, sin ética, sin responsabilidad. Esas redes sociales donde nadie lee más que títulos y memes.

Es el imperio del “yo no creo” sobre el “yo pienso (razono) que”. Hay personas en esta modalidad de vida a quienes se les puede demostrar todo lo que sea, se les puede enseñar ante sus propios ojos a un grupo de personas muriendo por Covid-19 en cuidados intensivos, que dirán con desparpajo “no creo que sean pacientes de Covid, seguro son de cáncer”.