El ex sacerdote Mauricio Víquez deberá descontar 20 años de prisión, menos beneficios que la ley considere, por el delito de abuso y violación de un menor de 11 años.
Un tribunal compuesto por los jueces Patricia Mora, Henry Castro y Willy Escalante encontraron que existe suficiente evidencia de que Víquez violó sexualmente entre julio y setiembre de 2003 a un niño de apellido Alvarado, quien hoy tiene 30 años.
El padre Víquez fue extraditado de México, país donde huyó después de varias denuncias en su contra, y esperaba juicio desde hace varios meses.
Según el tribunal, se comprobó que el cura, quien fue vocero de la Conferencia Episcopal, usó su poder en tres momentos diferentes para convencer al niño en condición de pobreza de bajarse los pantalones y revisarle el ano, además de masturbarse frente a él e incluso supuestamente haberlo penetrado, pero esto último no quedó claro.
Un abogado querellante pidió 46 años al considerar otra supuesta violación, pero aparentemente no se logró comprobar.
La lectura de la acusación por parte de la Fiscalía no lo inmutó desde el primer día, su abogado insistió en que son acusaciones falsas. A Víquez se le ha investigado por la aparente comisión de cinco delitos de carácter sexual contra un menor de edad.
El Ministerio Público acusó a Víquez de supuestos abusos a menor de edad e incluso de ofrecerle plata por su silencio, tratando de convencerlo de que aquellos encuentros eran una cosa ‘normal’ entre un sacerdote y un niño de 11 años.
“Víquez, quien llegó a ser un rock star ultra conservador católica, dueño de la verdad y administrador de los pecados veniales, carnales y mortales de su feligresía, llegó a ser el vocero de la pastoral familiar de la Iglesia, uno de los líderes de los grupos juveniles y en general, un orgullo para el Opus Dei. Sin embargo, también fue un pastor que cada cierto tiempo saltaba de diócesis en diócesis”, escribió el periodista Esteban Mata en una nota al principio del juicio.
“La Iglesia, resolvió el asunto expulsándolo, luego de que una investigación eclesiástica, pusiera en evidencia que las actuaciones del cura eran típicas de un abusador sexual, y así lo puso en blanco y negro el cura Luis Fernando Rodríguez en su rol de instructor de la causa que llevó a la expulsión del sacerdote Mauricio Víquez de la Iglesia católica”, agregó la crónica del periodista.