Hoy el presidente Rodrigo Chaves ofende a los cardenales del Vaticano en su conferencia de los miércoles al comparar a los jerarcas de universidades públicas con esos representantes de la Iglesia Católica en cuanto a supuestos privilegios que tienen sin ayudar a los otros que necesitan.
Chaves salió -como todos los miércoles- a proferir algunas ofensas a partir de expresiones cargadas de prejuicios, como en esta afirmación: “cuando uno va a economizar dinero por el bien de la familia no corta la sal de la cocina, corta el whisky y corta el lomito y compra cortes más baratos, pero no, ellos quieren seguir comiendo eh, como comen los cardenales en el Vaticano, muy rico, pero sin contribuir a los otros“.
El mandatario continuó con el relato que ya planteó días atrás la ministra de Educación Pública, Ana Katharina Müller, cuando dijo que las universidades públicas lo que defienden son sus intereses, pensiones de lujo y salarios jugosos.
Chaves Robles insistió en ese discurso, sin considerar las aclaraciones que las autoridades universitarias han realizado sobre las apreciaciones falsas que manejan masivamente muchos troles que defienden al presidente Chaves. Entre esas apreciaciones el reiterado concepto de envidia sobre los salarios de los profesores universitarios, quienes son profesionales de alto nivel de conocimiento que según su cantidad de trabajo y títulos profesionales puede recibir ocasionalmente ingresos altos.
El presidente también afirmó que los jerarcas universitarios utilizan o manipulan a los jóvenes estudiantes para movilizarlos, así como a los funcionarios a quienes -supuestamente- obligan a presentarse a las marchas en defensa de las universidades.
Según Chaves, la convocatoria fue de 6.000 personas, “que son mucha gente y yo las respeto a cada una de ellas, aun a los que me gritan ladrón, corrupto y otras palabras feas”, afirmó.
Sin embargo, dijo que esa convocatoria fue débil y sin una causa clara. Y dijo que se trata de “gente que lo que quiere es mantener privilegios y gollerías“.
También resaltó que el Frente Amplio y el Partido Liberación Nacional estén unidos, a pesar de sus diferencias ideológicas, contra él y su administración. Se preguntó el porqué de esa alianza de supuestos extremos ideológicos, sin al parecer enterarse de que él está siendo considerado una peor amenaza para todos esos grupos de presión, grupos de interés y partidos políticos.
Como es usual, el presidente aprovecha preguntas claramente confabuladas por medios de prensa alineados al Gobierno, como en este caso Richard Molina de El Guardián, para explayarse en ese tipo de acusaciones. A esos medios, como en este caso, incluso les permite hacer extensos editoriales, anuncios comerciales y después de varios minutos los interrumpe para conocer la pregunta, en un clarísimo trato desigual con la prensa que aún llega a esa conferencia de los miércoles.