A la media noche, Presidencia comunicó que fueron firmados los dos decretos sobre mascarillas y vacunación. Sin embargo, nuevamente, los decretos no fueron enviados a la prensa, ni se indica si serán publicados este martes en la Gaceta o de qué manera serán dados a conocer.
Según el comunicado, en el primero deja en libertad el uso de las mascarillas, aunque “el presidente Chaves Robles exhorta a la población a ejercer esta libertad junto con su buen juicio para protegerse ellos y a otras personas”.
Sin embargo, tampoco se explica todavía si en caso de espacios de aglomeración y donde se exige mayor protección, como autobuses y supermercados, la mascarilla será exigible a los clientes.
En el segundo pide a la Comisión de Vacunación y Epidemiología que compruebe científicamente la importancia de la vacunación, pero no estaría eliminando la obligatoriedad de la vacuna. Pide, dos años después y de numerosa documentación e investigaciones científicas que pasaron por el tamiz de ese órgano, que “demuestre la base científica que ha fundamentado decisiones de salud pública con respecto a la vacunación obligatoria, así como que no se despida de sus puestos de trabajo a las personas que no deseen vacunarse”.
Los criterios de los juristas más serios del país dejaron claro que solamente la Comisión de Vacunación y Epidemiología del Ministerio de Salud, a quienes no se consultó en ningún momento para tomar esta decisión atropellada, puede eliminar la obligatoriedad de la vacunación.
Se informó, también, que el mandatario Rodrigo Chaves recibió su cuarta dosis de la vacuna contra Covid-19 ayer 10 de mayo. Recomendó a las personas vacunarse porque acepta que la pandemia no ha terminado, en un mensaje (que puede ver al final de esta nota).
Además se comprometió a mantener la cantidad de vacunas para vacunar a toda la población, “sin embargo, Costa Rica es un país democrático y este gobierno respeto la autonomía de la libertad de los costarricenses”.
Esa visión liberal de la salud pública contradice el basamento proteccionista del estado costarricense con respecto a temas de salud, en beneficio y protección de las personas más vulnerables y con menos recursos para entender la importancia de la prevención mediante la vacunación y otras medidas de salud. Es fundamentalmente darle la razón a los padres que no quieren vacunar a sus hijos porque creen en teorías o hipótesis conspiracionistas que no tienen respaldo científico, pero sí mucha especulación y métodos de engaño comprobados.
Presidencia excusó la demora en la publicación de los decreto en “las reacciones al anuncio de que estos decretos se iban a publicar y que incluyeron numerosas especulaciones, publicaciones engañosas y, hasta, amenazas de denuncias penales, el gobierno de la República decidió demorar la publicación de estos decretos en La Gaceta, con el fin de hacer un análisis adicional”.
En efecto, según el criterio de especialistas como la jueza Rosaura Chinchilla Calderón, el presidente Chaves se expuso a la posibilidad de ser investigado y denunciado de prevaricato si hubiera decidido tomar la decisión por sí mismo, sin criterio técnico y sin la legalidad necesaria, para eliminar la obligatoriedad de la vacunación.
Es evidente que los decretos fueron modificados de su intención original, según lo que expresa el comunicado.
El presidente Chaves envió un mensaje a los costarricense en un video, donde además se incluyen tomas de la aplicación de la vacuna que recibió él, así como varios de los jerarcas que lo acompañan: