OPINIÓN. Omar Jiménez Camareno. Chaves contra Chaves. Después de diecisiete meses de gobernar quemando los puentes; de promover la confrontación mediante un tono burlesco y agresivo; de atacar sin ningún recato a todo aquel que se le oponga o discrepe de sus acciones; de recurrir a la mentira o realizar denuncias sin prueba alguna para descalificar a sus adversarios; de utilizar una horda de troles, incluso de diversas partes del mundo, para promover el odio, generar la división del país e insultar a quienes adversan sus afanes autoritarios; de pelearse, un día si y otro también, con los otros poderes de la República faltándoles al respeto y pretendiendo violentar la división de poderes.

Después de diecisiete meses de prepotencia, arrogancia, de culpar a los demás por la falta de políticas públicas de su gobierno para enfrentar los principales problemas del país, que lejos de resolverse se agravan cada día; el presidente Rodrigo Chaves, dice que es hora de bajar el tono a la discusión política, de dejar de buscar culpables y de buscar acuerdos para enfrentar la ola de criminalidad que azota al país.

Tiene razón Chaves, es hora de bajar el tono de la confrontación política, de dejar de buscar culpables y de empezar a gobernar, de respetar el Estado de Derecho y la división de poderes, de buscar acuerdos y unir al país; no solo para enfrentar el grave problema de inseguridad que nos golpea, también para impulsar medidas públicas que nos permitan salir del apagón educativo, que nos permitan atacar la creciente desigualdad social y económica que enfrentamos, que nos permitan atender el abandono de las zonas costeras del país, entre otros de los múltiples problemas que enfrentamos y ante los que su gobierno no ha tenido capacidad de respuesta.

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El problema, el principal problema es que en ese enfrentamiento del Chaves autoritario y prepotente y el Chaves que dice que hay que bajar el tono de la confrontación política, dejar de buscar culpables y buscar acuerdos; el Chaves autoritario sigue siendo el real.

Lamentablemente pudimos escucharlo como, incluso en su mensaje en el que habló de bajar el tono, dejar de buscar culpables y de buscar acuerdos; se dedicó a culpar a la fiscalía, al poder judicial y a la Asamblea Legislativa de los problemas de seguridad, con el tono irrespetuoso que le caracteriza.