¡Basta de tanta difamación! Los ataques a las universidades públicas se sostienen de la decadencia política ◘ Voz Propia

¡Basta de tanta difamación! Los ataques a las universidades públicas se sostienen de la decadencia política ◘ Voz Propia
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OPINIÓN. ¡Basta de tanta difamación a las universidades públicas! La discusión del FEES ha revelado de cuerpo entero al grupo social que defiende al Gobierno, pero eso sería irrelevante si no fuera porque el mismo Gobierno y algunos grupos políticos han caído en esa decadencia política que muestran las críticas, con base en gran cantidad de mentiras y prejuicios, que se hacen a las universidades públicas.

Ni la envidia, ni el prejuicio ideológico, ni el panfleto politiquero dan para tanto, como para atacar un modelo exitoso de educación, excepto que se aborde desde el oportunismo y el dogmatismo político, o desde los más corruptos intereses empresariales.

Aquí voy a mostrar varios casos de falsedades e imprecisiones con las que se alimentan los difamadores de las universidades, desde el diputado Eli Feinzaig, pasando por el neopentecostal Fabricio Alvarado hasta la misma ministra Ana Katharina Müller o las mentiras de Pilar Cisneros.

¿Cómo un político como Eli Feinzaig es tan poco riguroso, más aún si fue estudiante de la UCR, como para tomar unos números y llegar a decir que lo importante es el costo por estudiante en las U públicas? Estas instituciones educativas NO son como los privadas, donde priva el negocio y solamente se dedican a la enseñanza (deficiente, por cierto), sino que en las públicas la inversión en investigación y en un grupo de instituciones fundamentales para el beneficio del país también es relevante.

Entidades como OVSICORI (UNA), Instituto Clodomiro Picado (UCR), INCIENSA (UCR), Sismológico Nacional (UCR), CIEP (UCR) y decenas de centros de investigación (en ciencias naturales, sociales y exactas) se dedican a servirle al país y construir semilleros de los mejores profesionales del país. Esa inversión NO se puede medir por estudiante, don Eliécer, seamos más serios.

No solamente por el criterio de Feinzaig, sino también de la ministra Katharina Müller, es que uno huele un tufo a doble discurso: “son muy importantes las universidades públicas, pero…” Pero, en el fondo, lo que se busca es beneficiar a las privadas. Es lógico, diáfano, que entre menos estudiantes tengan acceso a las públicas, más estudiantes pobres o de clase media tendrán que acudir a endeudarse para poder asistir a las privadas. Es lógico que entre menos investigación social y científica exista, más negocios se abren a la empresa privada que discrimina por el poder adquisitivo de las personas (lo que no sucede en las públicas).

En un video que fue enviado a la prensa hoy, Müller hizo de nuevo la desagradable y desvergonzada comparación del presupuesto universitario con otras instituciones, como la Asamblea Legislativa o el Poder Judicial. Ese discurso repugnante -disculpe, pero es tan desagradablemente obvio- lo único que busca es deslegitimar la valiosa inversión que se realiza en la educación pública. Habla con tal desparpajo esta ministra que defiende los intereses de sus afines y familiares, que se atreve a culpar de manipulación a los rectores y profesores universitarios cuando ella misma lo intenta hacer con el grupo de acólitos que siguen y legitiman estas acciones de Gobierno. Doble moral, doble ética y falsedad a toda prueba.

El flaco discurso de los privilegios ha sido rebatido reiteradas veces y se ha demostrado con creces que los “privilegios” que difunden oportunistas políticos como Otto Guevara están ampliamente justificados en viejos derechos que, primero, se justifican por el valor y calidad de profesores de alto nivel y, segundo, que cada día son más reducidos los salarios altos. Pero siguen con la misma cantaleta, tanto el presidente tramador, como la ministra manipuladora, como la diputada Pilar Cisneros y sus reiteradas mentiras.

Cisneros Gallo dijo que el 60% de los estudiantes de esas universidades provienen de colegios privados. ¡MENTIRA! Una más. El TEC y la UCR demostraron que cerca del 75% de los estudiantes de esas universidades vienen de colegios públicos. Y esas mentiras de Pilar Cisneros, la mentirosa confesa, son las que lo troles y acólitos reproducen en redes sociales para pretender justificar el actuar del Gobierno en contra de la educación pública.

Otra mentira difamante la reprodujo Fabricio Alvarado, cuando afirmó que la UCR y la UNA son centros de “adoctrinamiento de ideologías que los costarricenses no aceptan“. Primero, los que no aceptan pensamientos progresistas no son (todos) los costarricenses, sino el grupo de machistas, retrógrados y fanáticos religiosos que él representa.

Pero hay algo más importante, lo que Alvarado dice es FALSO, porque tanto la UCR como la UNA tienen algunas carreras con marcada influencia ideológica socialista y/o progresista, es cierto, pero esos centros de educación SUPERIOR son un 95% más que esas carreras. En la UCR se forman los mejores médicos de la región y de Latinoamérica, se forman ingenieros de clase mundial, abogados de alto nivel, los mejores educadores del país, artistas que destacan a nivel internacional, economistas, geólogos, sismólogos, vulcanólogos, politólogos, trabajadores sociales, especialistas en sistemas computacionales e informáticos, etc, etc.

Juzgar a la UCR o la UNA solamente por un reducido prejuicio dogmático más bien lo que deja ver es una envidia impresionante. Es lo mismo que cuando se percibe a estas universidades, las mejores del país y de la región sin ninguna apelación, como meros centros de estudios con aulas. ¡Qué reducida y pobre visión de la educación tienen! Ojalá en el MEP entendieran que la educación es MUCHO MÁS QUE ENCERRAR ESTUDIANTES EN LAS AULAS y docentes que día a día evitan dar clases con todas las excusas posibles e imaginables (pero ese es otro tema).

Basta de tanta difamación, de tanta mentira y de tanto engaño para defender un modelo social, educativo y económico que solamente conduce un país al imperio de los más fuertes, donde las personas vulnerables siempre son víctimas del sistema creado. Costa Rica NO era así y no puede ahora meterse en ese modelo decadente solamente porque un grupo de personas llenas de ignorancia, envidia y odio manipulan las redes sociales, o porque un grupo de diputados que NO hacen su trabajo con seriedad, buscan el oportunismo de agradar a esos grupos.

Tenemos a una de las 20 mejores universidades de Latinoamérica, la mejor de Centroamérica y claramente la mejor de Costa Rica, la UCR. Lo demás es mezquindad.

¡Costa Rica es grande, es ENORME, precisamente porque tiene una educación universitaria pública como la que tenemos! Tener profesionales y personas de la calidad y el nivel de quienes salen de la UCR, la UNA, el TEC, la UTN y la UNED es lo que garantiza que Costa Rica siempre esté adelante en todos los récords, en todas las listas y en todos los índices del mundo en todos los temas: salud, ciencia, derechos, etc.

Atacar a las universidades públicas es atacar el modelo y el éxito costarricense, a cambio de nada, de un futuro incierto, de especulación e improvisación al mejor estilo de lo que podemos ver en estos grupos que hoy pretenden manejar los hilos de este país.


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