OPINION. Más que una reseña de acontecimientos y datos que muchos conocen, aquí busco hacer una reflexión sobre los aprendizajes que nos dejan este “invierno latinoamericano”, como lo están llamando algunos.
Muchas cosas interesantes rescato:
▬ En Ecuador y Chile fue la izquierda que se lanzó a las calles, siempre apoyados por los grupos anárquicos, pero en Bolivia fue la derecha aduciendo un fraude electoral. Esto nos muestra al menos dos asuntos: 1) No importa de qué lado esté el abuso de poder en el espectro ideológico, sigue siendo abuso, y 2) la concentración del poder por largos períodos siempre provocará reacciones contrarias cada vez más violentas y persistentes. “El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”, dijo Lord Acton.
▬ En Costa Rica, históricamente hemos aprendido que los extremos ideológicos (socialismo o capitalismo implicados) no son bien recibidos porque provocan conflicto y problemas; sin embargo, algunos alevosos y cabezas calientes han querido traerse a Ecuador, Chile o incluso Bolivia para Costa Rica, con sus burdas comparaciones y llamados a emular acciones de rebeldía y violencia en esos países.
▬ Uno tiene que preguntarse: ¿Por qué Costa Rica no pide a la OEA para Bolivia, pero también para Chile. Error de bulto de nuestro gobierno eso de asumir posiciones diplomáticas con alta carga ideológica, identificándose abierta y claramente con la derecha latinoamericana.
▬ ¿Cómo es posible que Chile tenga aún sus estructuras represivas de la era Pinochet 30 años después? Respuesta: Porque el Ejército sigue teniendo mucho poder y privilegios en ese país. No olvidemos que mientras exista la institución militar en los países tienen el poder de la violencia legitimada y habrá abusos casi de manera inevitable.
▬ El prejuicio ideológico obnubila la mirada sobre los hechos. Uno lee en redes sociales opiniones que francamente rayan en el absurdo, por un lado quienes aseguran que hubo fraude electoral en Bolivia (sin media prueba o argumento para demostrarlo), y por el otro quienes hablan del fracaso del modelo chileno como si fuera el fracaso del capitalismo (se quedaron en la época de Pinochet), como si las manifestaciones de los sindicatos en Costa Rica nos condujeran a hablar del fracaso del “modelo costarricense”. Las manifestaciones en un país indican, a lo sumo, la molestia de un sector de la población, mientras la mayoría sigue en su estatus quo. Por supuesto, esas manifestaciones son importantes por el caos e inestabilidad que generan, pero no significan cambios determinantes al nivel que algunos especulan. Y, por supuesto, son manifestaciones que deben llamarnos la atención y conducirnos a la resolución de esos conflictos, no a imitarlos.
▬ Costa Rica no debería complicarse la existencia pidiendo intervenciones en países hermanos, pero puede manifestarse y ayudar de alguna manera para no ser indiferentes. No podemos serlo. Nuestro país debe ocuparse en inteligentemente lograr mejores relaciones desde una neutralidad respetuosa, tanto de la soberanía de otros países como de sus preferencias ideológicas, siempre y cuando no demuestren aberración contra los derechos humanos o la dignidad humana, así como la injusticia. En todo caso, es asunto de buscar formas no intrusivas de manifestarse y apoyar en lo posible.
▬ La violencia es contagiosa, como la estupidez, dicen por ahí. La indignación existe y provoca reacciones de descontento popular, es un hecho. Debemos estar atentos a esa indignación ante los abusos. Sin embargo, mucho cuidado con la manipulación social, que conduce a masas hacia la agresión o el “martirismo” creyendo en supuestas verdades que terminan siendo mentiras. En este panorama es inevitable pensar en la influencia de las fake news o paparruchas en la movilización de grupos, ya lo hemos visto en Costa Rica. Un ejemplo inevitable y claro se ha dado recientemente cuando nos damos cuenta que los mismos rectores de las universidades estatales reconocen, de alguna manera, que dieron datos equivocados e influyeron en los estudiantes, cuando dijeron que las becas serían afectadas por el cambio presupuestario que se realizó en el Congreso, o cuando los estudiantes han sido manipulados por sindicatos para defender intereses que no les pertenecen.
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