Dirigidos por sus líderes, un grupo de troles, perfiles falsos y fanáticos seguidores ingresaron al perfil personal de Facebook del director de Culturacr.net para atacar y difamar por un comentario (que reproducimos aquí ampliado). Que los antivacunas difaman es algo conocido.
Eso no sería extraño, sino es porque luego publicaron en una página anónima de Internet (sin una persona responsable detrás) una difamación muy clara al decir que el director de Culturacr.net recibe beneficios económicos de supuestos grupos que financian las vacunas contra Covid-19.
Eso no solamente es una gran mentira, es un insulto a la decencia de quienes trabajamos en la comunicación con honestidad, sino además una evidencia más de cómo opera ese grupo que se pretende de profesionales que se basan en la ciencia, pero no son más que una secta dirigida que ataca y “quema” la casa de cualquiera que piense diferente (¿recuerdan la cruzadas en el Edad Media?)
No es la primera vez que atacan a periodistas o comunicadores, incluso físicamente, como hicieron con una periodista de Multimedios frente a Casa Presidencial.
Ya sabemos la larga historia de agresiones de grupos que se dicen cristianos, pero no tiene ni medio reparo en insultar y difamar a quien sea que piense diferente. No viene al caso extenderse al respecto, ni seguir tampoco con la larga lista de absurdos que defiende esta gente.
Antivacunas difaman y luego quieren ser tomados en serio
Pretenden justificar y validar sus creencias usando accesos que han logrado tener a instituciones y organizaciones, como cuando un par de diputados irresponsables los dejaron entrar al Congreso o cuando la Defensora de los Habitantes le dio una audiencia, lo que los envalentonó para ir a ofender y agredir al Ministerio de Salud.
Últimamente pretenden validar su absurdo relato valiéndose de una presentación que hicieron en el Colegio de Periodistas (Colper), cuando el hecho de darles voz no significa que se les dé la razón.
El punto es que pueden calumniar, difamar e injuriar a personas honestas porque expresan y explican lo que ellos mismos han demostrado ser. Recuérdese la invasión al Hospital de Heredia y las detenciones por esa agresión a un centro de salud que es algo sagrado (ni en una guerra se ve algo así).
Se definen como pro vacunas, como pro ciencia y como profesionales que “demuestran” sus puntos, pero en la práctica son antivacunas (están en contra de las diferentes vacunas contra Covid-19) y no presentan ninguna evidencia empírica y científica real (se basan en datos manipulados y tergiversados, así como criterios de supuestos científicos que también manipulan o tergiversan) para engañar gente sin conocimiento de la ciencia real.
Además, pretenden ser tomados en serio como profesionales, pero insultan con vulgaridad a las personas, las investigan para atacarlas en lo personal y usan cuentas evidentemente falsas que dirigen a apoyar los mensajes de sus líderes o, al menos, de los perfiles que dicen algo que no sea copiar y pegar enlaces de sitios de fake news con URLs alteradas, entre otras trampas que, incluso, a veces ni ellos mismos perciben.