A ritmo de mariachi: Vistazos al México de hoy (9)
Este artículo pasa revista sintéticamente sobre el proceso de la Cuarta Transformación de la vida mexicana, iniciada con el ascenso al gobierno del mandatario Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
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LA CUARTA TRANSFORMACIÓN (4T), es el proceso que se ha iniciado bajo la presidencia de AMLO durante el “sexenio” 2018-2024. También definida como una “revolución pacífica”, “La 4T”es un concepto que desafía los modelos usualmente aceptados en la ciencia social para caracterizar una revolución, que significa fundamentalmente un cambio de estructuras en la sociedad.

En este caso, La 4T no se plantea cambiar la estructura económica capitalista de México, que más bien ha sido afirmada y confirmada mediante la reciente entrada en vigencia del T ̶ MEC con Estados Unidos de América y Canadá. No, La 4T no está cambiando ni mucho menos expropiando a los empresarios mexicanos, sean gigantes, grandes, medianas, pequeñas o micro empresas. Por ello suena más que ridícula la acusación de la oposición cuando califican a AMLO de “comunista” o que llevará a México hacia “el comunismo”. El comunismo lo primero que hace es expropiar a los dueños de los medios de producción y estatizar toda unidad productiva y ya vemos que no es el caso ni de lejos.

Tampoco La 4T se plantea “disolver” el sistema democrático y el libre juego de los partidos políticos. No existe ni existirá ningún proyecto de “partido único” como es típico de los regímenes comunistas, porque La 4T se muestra respetuosa del sistema de libre juego de las ideas y de los partidos políticos que encarnan esas ideas, sobre el sagrado principio del respeto a la voluntad de las mayorías.
Los esfuerzos del gobierno de AMLO han estado más bien orientados a fortalecer el Instituto Nacional Electoral (INE), que es autónomo de los demás poderes de la República. Pero fortalecer el INE pasa necesariamente por “limpiarlo” de todas las corruptelas de las que se le acusa, como el sonado fraude electoral de 2006 cuando le arrebataron la presidencia a AMLO y se “la dieron” a Felipe Calderón del Partido Acción Nacional (PAN). Hoy nadie discute que sí hubo fraude en el 2006 y que toda la prensa ayudó a legitimar el fraude y no cuestionó la usurpación realizada por F. Calderón.

También se acusa de fraude en la elección del 2012 por los excesos cometidos por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que llevó a la presidencia a Enrique Peña Nieto, cometiendo todo tipo de abusos en la financiación de la campaña electoral, mediante la compra descarada de votos de manera burda y visible para las autoridades electorales del INE, que avalaron tal ilegalidad (hoy se está ventilando en México que mediante sobornos de Oderbrecht por U.S.$10,5 ̶ millones de dólares ̶ , se destinaron al menos US$6 millones a la financiación ilegal de la campaña de Peña Nieto).
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También se acusa de un fraude evidente y reconocido en la elección del gobernador del Estado de México en 2017. Por todo ello, el I.N.E. está muy desacreditado y “tuvo que aceptar” la voluntad popular en la elección de julio de 2018, cuando AMLO arrasó en las urnas con un 53% de los votos, porque no era posible ocultar un triunfo de semejante magnitud.
Por todo ello, el I.N.E. está sumamente desacreditado y su consejero presidente, Lorenzo Córdova, se comporta más como un político opositor, que como el jerarca del árbitro electoral de México, porque la composición (integración) de los 11 consejeros del INE estaba determinada por una connivencia entre el PAN y el PRI (lo que llaman el PRIAN), con lo cual, la autonomía del INE era una palpable fachada para tratar de ocultar el favorecimiento a ambos partidos en las elecciones federales y, sobre todo, en las estatales, donde es cosa de rutina el desvío de fondos públicos para la financiación de campañas electorales, así como la financiación de algún cártel de la droga a algún candidato(a). Ese fue el caso de “Cocoa” Calderón, hermana del expresidente Felipe Calderón, cuya candidatura fue financiada por un cártel de Jalisco, por citar solamente un caso de decenas.
En fin, con solo esos dos elementos estructurales de la vida política y económica de México (sistema capitalista con pleno respeto a la propiedad privada y libre juego de los partidos políticos), cualquier observador medianamente educado, podrá darse cuenta de que no existe ni de lejos ningún intento de La 4T por llevar a México hacia el comunismo como ridículamente acusa la oposición (¡Venezuela! ¡Venezuela!).
De manera particular, La 4T propone algunos ejes de acción concretos. Por ejemplo: la primacía del Derecho: al margen de la ley, nada y por encima de la ley, nadie; Democracia auténtica: respeto al sufragio efectivo, tipificar el fraude electoral como delito grave con pena de cárcel sin derecho a fianza, así como la consulta revocatoria al tercer año del mandato (mitad del sexenio) y modificar el art. 102 constitucional para que el presidente pueda ser juzgado por corrupción y se elimine el actual fuero presidencial; Austeridad: como norma de la función pública, reduciendo sustancialmente los salarios de los jerarcas, eliminando privilegios (en el Congreso y el Ejecutivo), convirtiendo la Residencia de Los Pinos en un museo y utilizando el Palacio Nacional como sede de gobierno, eliminando (vendiendo) el faraónico avión presidencial y suprimiendo el Estado Mayor Presidencial, que reunía miles de oficiales y soldados dedicados solamente al cuidado del presidente, derogando de paso la pensión de los expresidentes; Seguridad Social: otorgar y aumentar al 100% las pensiones de todos los adultos mayores y otorgar una pensión a todas las personas en condición de discapacidad, ofrecer servicios de salud y medicamentos gratuitos a toda la población (INSABI), en educación, otorgar becas de estudio a los jóvenes hasta nivel universitario, programas de educación dual de jóvenes estudiando y haciendo sus prácticas en las empresas y 15 programas más de asistencia social (llamados “apoyos”) de la más diversa índole, incluyendo créditos sin garantía para las pymes; Seguridad Ciudadana: eliminación de la corrupta Policía Federal y creación de la Guardia Nacional, bajo una política de combate al narcotráfico mediante “abrazos y no balazos”, es decir, renunciar a la fracasada y fraudulenta “guerra contra el narco” que ha bañado de sangre a México con más de 250 000 muertos desde 2007 a la fecha y más de 40 000 desaparecidos (ya aclaramos antes que la tal “guerra contra el narco” en realidad, fue una alianza del Ejército mexicano con el Cártel de Sinaloa, para combatir a los demás cárteles de la droga y eliminar la competencia, todo con aprobación del presidente Calderón y ejecutado por su Secretario de Seguridad, que hoy está preso en Nueva York esperando juicio por delitos de narco tráfico, asociación ilícita para conspirar, etc., el otrora todopoderoso Genaro García Luna)…

“Los abrazos” y no balazos, ha consistido en una inteligente política de perseguir la ruta del dinero de los cárteles y congelar sus cuentas. El objetivo es atacar al narco en sus cuentas bancarias donde obligatoriamente deben lavar el dinero sucio y, por ejemplo, solo en junio pasado, se congelaron más de 1.700 cuentas del Cártel Jalisco Nueva Generación con más de US$50 millones. Esos golpes (abrazos) sí son mortales para el narco porque sin dinero no pueden ejercer su gran poder. Para ello, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, dirigida por el Dr. Santiago Nieto, ha sido un baluarte en primera línea de fuego contra el narcotráfico en México, pero también contra todo tipo de dinero sucio por actividades ilegales (trata de personas, evasión fiscal, sobornos a políticos, etc.).
La Primera transformación se dio con la independencia de México de España; la Segunda, fue promulgada por la legislación liberal impulsada por el “Benemérito de las Américas” Benito Juárez; la Tercera transformación fue la Revolución Mexicana (1910) y la Cuarta transformación es “el gobierno del pueblo para el pueblo” bajo el lema de “no mentir, no robar, no traicionar al pueblo de México”, pero, a diferencia de las anteriores, que fueron violentas transformaciones de México, esta sería una transformación pacífica realizada de abajo hacia arriba del poder.
Esta no es una reseña exhaustiva de La 4T, pero sí señala los aspectos básicos de la aspiración del presidente AMLO de iniciar una nueva etapa en la historia de México. Si usted, amable lector(a) desea indagar más sobre la Cuarta Transformación, solamente debe consultar en la Internet y encontrará abundantes materiales.
En el próximo artículo daremos un vistazo a los partidos políticos mexicanos de la actualidad.
31 de julio de 2020
*Este es un artículo de opinión y los comentarios planteados son responsabilidad del firmante.