A cuerpo abierto la poesía de Byron Espinoza sostiene su pasión erótica
Geovanny Jiménez S. A pesar de las voces que intentan masacrar o ridiculizar el erotismo en la poesía, Byron Espinoza se suma a quienes insisten que hay un erotismo inevitable en los versos, que tarde o temprano captura la atención de los vates.
“A cuerpo abierto” es su poemario en esta línea y lo presentará el próximo lunes 12 de diciembre en el Instituto México, a partir de las 7 pm, y lo hará con recital a cargo de Mónica Hernández, Luis Diego Solórzano, Silvia Rojas y Mariano González.
“A partir de objetos cotidianos construye imágenes arriesgadas, a veces desconcertantes, que renuevan la eterna maravilla de los cuerpos, al amalgamar animalidad y ternura con un lenguaje entre cándido y feroz”, expresa la poeta Ana Istarú sobre este libro publicado por la Euned (para comprar online en este enlace).
El día de la presentación se expondrán 5 dibujos a plumilla del maestro Fernando Carballo, de los cuales uno de ellos terminó siendo el diseño de portada.
Este es un poemario erótico, lleno de expresiones que cautivan los sentidos, y Selene Fallas -en el prólogo- está de acuerdo: “En este libro, el autor construye un espacio donde la poesía es sexuada y sensual, o bien, elabora una metáfora donde la amada es un discurso, un puñado de letras y renglones a quien debe dar forma, y se entrega a ella en un intento desesperado por articular el poema.”
La amada es reiteración en estos poemas, también es complemento, no objeto ni propósito. De eso da cuenta Ana Istarú: “Distanciándose de una postura convencional y en íntima armonía con su ser femenino, el varón no tiende a avasallar en las lides de la carne, sino que se entrega y fusiona con la mujer amada, divinizada por la distancia”.
“La amada se refleja en la poesía que en una constante metáfora se ve sexuada, pero quizás la amada es una mujer metaforizada entre renglones y tintas. Lo cierto es que es difícil distinguirlo, porque poesía y mujer en este libro son categorías idénticas“, agrega Selene Fallas.
“Lo que Selene y Ana dicen del libro, lo dicen mejor que yo“, expresa a Culturacr.net el poeta, con ese entusiasmo y con esa carga emotiva que deja el organizar la presentación de un libro.
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Acompañe a Espinoza el próximo lunes 12 de diciembre, 250 metros al sur de la Agencia Hyundai, en el Instituto México desde las 7 pm. Entrada gratuita.
El poeta comparte a Culturacr.net estos poemas del libro:
Como un racimo de aire disuelto en la retina tu voz se acerca hasta alcanzar mis galaxias y rincones hasta elevarme y dejar en mí tu esencia. Me ponés partículas de viento en la carne y estirás bosques de miel en mi esqueleto. Como un puente de piedra que brota en la luz del agua tu jardín de planetas me envuelve hasta rozar lo indescifrable. Como un huracán que surge de tu nombre y como el fuego que logra romper sus cristales hasta aparearse con cada lágrima inventás nidos en mitad del viento y me llevás a lamer lo infinito. Me descifrás hasta hacerme nuevo y recogés las horas para que pueda finalmente nombrar la niebla. Como un arbusto creciendo detrás de la mirada te detenés a contemplar la lluvia y te empapás con sus duendes. Venís con relojes de arena en la bondad de tu pelo y grano a grano me hacés innovar mi presencia en las nubes. Como una breve estación de sueño alargás tus palabras y las dejás aquí para que entre ángeles y silencios pueda intentar mis poemas.
COMO EL HURACÁN
que se abanica en tu sonrisa
así
mis manos rascacielan tus cabellos
el zumbido el galope
los troncos de luna
que se adhieren al contacto
a la savia a la saliva
a mi sangre y sus recuerdos
ese instante de panales y mordiscos
tu desnudez abre trillo en mis pupilas
y el sabor
el sabor del mango
que es un instrumento de cuerda en tus sueños.
Como el frutal de huracanes
que se recicla en tus palabras
así mis manos
mi sonrisa.
***
LLEVO MIS OJOS HASTA EL VIENTO
que en su capricho dará con vos
pienso en las calles que escogimos para estirar nuestro paso
y en el equilibrio de una misma noche que nos cae encima en
distinto momento.
(Siempre supe el asunto este de las lágrimas
y mi rostro se desfiguró por el miedo
pero había que recuperar la magia
y echar pa’lante.)
Y pienso también en los aviones
y el recuerdo del aeropuerto
sigue luciendo su acreditación de el peor de los momentos
con una seguridad que me parte.
Pienso en la diferencia existente entre tu distancia y la mía
y otras cosas que no vienen al caso
porque
desde aquí sería inútil nombrarlas.
Pienso en los que piensan en alguien desde algún rincón de esta tierra
y me asusto.
Me asusto porque también se posa en mi carne
con la misma fuerza
el dolor de ellos
el de las ballenas y los delfines mutilados
y el gato a orillas de la calle
y la mujer con sus hijos a rastras.
Pienso en el silencioso andar de los locos y en su respirar diferente.
(Siempre supe que estaba por rozar la locura
y esperaba ansioso
una verdadera excusa para darme completo.)
Y el dolor.
Siempre el dolor.
Pienso en tu dolor y en el mío
y en el de los pájaros que rompen el viento.